Protectores

La destrucción del canal

Reunión secreta

Cóndor

Los jóvenes se preparan

Vengadores Verdes

Los motivos de Wara

Los que cambiarían el mundo

Decisiones

Adios, guerrero del mundo


El Cachorro


PROTECTORES

Cuatro jóvenes se esconden en la noche, llevando bombas de mercurio en sus mochilas escolares negras. Hace frío. Sienten el viento helado en las mejillas.

La luz amarilla ilumina a Delfín por un segundo. Delfín es la joven que está al mando de la operación. Con un movimiento de la mano derecha, da la orden para que se aproximen al alambrado eléctrico cerca del edificio principal del canal de HD-TV que deben destruir. LATV es el principal medio de propaganda de la "GRAN CORPORACION". Su señal de alta definición en UHF se origina en La Paz (Bolivia) y llega vía microondas a la mayor parte de Latinoamérica.

El guardia que vigila aquel sector (el muro oeste) no los ve porque no está usando sus Visores Detectores de Movimiento. Los habría visto si hubiera scaneado la zona con sus VDMs, y los saboteadores no habrían podido colocar las cargas de mercurio que destruirían la mayor red de televisión de Latinoamérica.

Ahora es ella (DELFIN) quien da las órdenes. Ella sabe armar los detonadores de nitrato. Mira al que está atrás (temblando) y le ordena que se quede como "campana" (que dé la alarma si hay algún problema) mientras los otros colocan los explosivos.

La tensión es insoportable. El miedo que sienten y no muestran puede costarles la vida porque cualquier error sería fatal.

(los soldados no toman prisioneros, deben ejecutar a todos los rebeldes en el acto -aunque se rindan-, y después simplemente negarlo)

Pero la mirada de Delfín los tranquiliza. Su voz les da seguridad. Ella es muy joven, pero ya es una experta en incursiones de sabotaje. Ella misma planeó esta operación.

El nuevo (campana) se pone los visores amplificadores de luz que le permiten ver en la oscuridad. Estira la faja plástica para apoyarla en su nuca. El mecanismo oprime su nariz y él lo acomoda con la mano derecha. Activa el interruptor digital con la izquierda y regula la luminosidad hasta poder ver con claridad. Ve perfectamente en la oscuridad de la noche a través de los delgados visores de cuarzo que parecen llenar por un momento sus ojos con una luz mágica de color azul. Como un sueño. Como una película de fantasía. Como una pesadilla de la que no puede despertar. Terror real que hiela su cara y parece bajar como un alud hasta sus genitales. Se queda en el lugar que ella le indica, oculto en la cuneta de la autopista desierta junto a la reja de alambre de alto voltaje que rodea las instalaciones del canal. Se agazapa en el suelo mojándose las rodillas en el barro, mientras los otros tres se acercan a la zona restringida

(profesionales, mortíferos, ágiles como gatos)

chequeando por última vez los microtransmisores de radio incrustados en sus oídos, que los comunican directamente con Cóndor.

Sus tres siluetas son apenas perceptibles en la oscuridad. Se ponen ropas de combate (parecen trajes de buceo, de un material negro muy parecido a las membranas que forman las alas de los murciélagos).

El nuevo tiene miedo. Esto no es como él esperaba. Siente el miedo en medio de la frente, y lo oye como si fuera un zumbido sordo que sólo existe en su mente, pero que lo paraliza. Tiembla sin darse cuenta.

Los ve acercarse a la reja de alto voltaje, y manipular un dispositivo en el lado derecho de sus trajes antes de prenderse de la malla eléctrica,

("Se van a matar")

y trepar de ella como insectos (como si la electricidad no existiera). Son veloces como las arañas que corren por la pared de su casa junto al jardín.

Finalmente, los ve saltar al otro lado desde una altura de casi dos pisos, caer de pie (como los gatos) y DESVANECERSE frente a su vista, a diez metros de él -como si fueran el efecto especial de una película- "como por magia", piensa entrecerrando los ojos.

Ellos han desaparecido.

La que está al mando (Delfín) les ha indicado los lugares críticos. CONDOR le ha mostrado las fotografías tomadas por el satélite de los rebeldes. En ellas se puede ver perfectamente la disposición de las instalaciones del canal. Los saboteadores tienen que dejar los explosivos en los puntos clave (antena principal, generadores de electricidad, centro de transmisiones y torre de administración -en la que se encuentra el CPU de la computadora central del canal-).

Delfín les ordena separarse. Los tres han estudiado las fotografías del satélite, así que saben hacia dónde dirigirse y lo que deben hacer. Ella debe dirigir los movimientos del grupo, porque sólo la computadora instalada en su traje recibe ahora en directo información codificada desde el satélite. En una pantalla holográfica de su casco (como si fuera un microjuego electrónico) puede ver la localización de cada guardia de seguridad en tres dimensiones, en cada planta del complejo. Se concentra para poder analizar tanta información al mismo tiempo. Una de las luces rosadas centelleantes se aleja de un camino de microneones plateados en la pantalla 3-d del casco. El guardia se está alejando del sector A.

-Vía libre, Lobo. Adelante.

Lobo corre hacia la antena principal que parece incrustarse en las nubes. No necesita pensar. Se mueve automáticamente (como si fuera una máquina de guerra teledirigida). Aquí Lobo siente el poder, la adrenalina, la sensación de flotar sobre el suelo y la vida llenado su cuerpo. Aquí él es Lobo y se siente como un gigante. Afuera (en su otra vida) se siente patético, grotesco e insignificante. Lobo corre confiado junto a los perros negros porque sabe que no pueden detectarlo (el traje A-9 de incursiones le hace prácticamente invisible, y tiene un dispositivo químico que puede burlar el olfato de los animales), y llega hasta el gigante de hierro. Se detiene por tres segundos para evaluar las características de la estructura, y luego deja las cargas explosivas adheridas al poste de soporte central. Sabe que la antena caerá hacia el sur.

Entre tanto, Tigre tiene miedo, como en todas las misiones. Preferiría estar lejos de ahí, pero no tiene más opción que ser un PROTECTOR. Para Tigre, el terror que siente ese momento es como una maldición. El castigo por un delito que él no cometió. Una obligación de la cual no tiene escapatoria.

-Vía libre, Tigre. Adelante.

La voz de ella suena distorsionada en el audífono que lleva incrustado en la oreja izquierda. El corre velozmente.

Ya se encuentra junto a las cuatro gigantescas antenas parabólicas, y también se siente insignificante junto a ellas. Le toma seis segundos evaluar las estructuras, porque solamente tiene tres piezas de explosivos para destruir las cuatro antenas. Hace mentalmente siete cálculos de resistencia de materiales y de la fuerza potencial de la onda expansiva. Sus cálculos le toman once segundos. Coloca los explosivos metódicamente. Daría cualquier cosa por no tener que estar ahí, pero está convencido de que la última esperanza de su generación es que los PROTECTORES triunfen.

Delfín sabe perfectamente lo que ellos están pensando y sintiendo. Ella conoce bien sus perfiles psicológicos. Sabe cómo optimizar su eficiencia en las misiones, porque tiene acceso a los archivos secretos de la AV. Allá hay más información acerca de cada PROTECTOR de la que ellos imaginan: personalidad, vulnerabilidades psicológicas, motivación, temores, punto de equilibrio emocional y la metodología más adecuada para manipular su autoestima.

Ella ha planificado esta operación, pero no siente satisfacción ni miedo. Su mente funciona al límite de su capacidad, analizando el edificio principal. Todas las misiones son diferentes, y las instalaciones siempre parecen distintas en las fotos del satélite. Pero Delfín, Lobo y Tigre son especialistas en sabotaje, y no cometen errores. Un error significaría desastre para la manada.

"Ellos se rindieron... pero los mataron igual. Los mataron a todos. No tenían más de quince años pero los mataron a sangre fría. Fueron los guardias... Uno de los guerrilleros no parecía tener más de trece años. Se rindió a los guardias y suplicó llorando de rodillas que le perdonaran la vida. Entre sollozos dijo varias veces ´perdóneme señor, por favor no me mate, déjeme vivir ´y habló incoherencias que no entendí bien. El guardia levantó la mano, apuntó a la frente del prisionero arrodillado y disparó. La bala debió ser explosiva, porque la cabeza del chico reventó, y algo parecido a pasta de hígado con sangre voló en todas direcciones. Alguien instruyó que el cadaver no debía ser mostrado a nadie." Un testigo civil que había presenciado desde la central del circuito cerrado de vigilancia el trágico fin de una malograda incursión de sabotaje, declaraba para la televisión. Su voz suena y resuena en la mente de Tigre. Una misión de otra manada que había fracasado cinco días antes. No quedó ni un rebelde de aquel grupo con vida. Las autoridades negaron las ejecuciones.

Pero Tigre no comete errores. Su manada está entrenada para no cometer jamás errores. Jamás.

En cambio, el nuevo que está afuera sirviéndoles de campana, es totalmente inexperto. Espera temblando en la cuneta mientras pasan los minutos. Todo parece normal en los amplificadores de luz. Sus ojos ya se han acostumbrado al resplandor azul.

Pasan más minutos.

Los minutos son interminables.

Pasan más minutos interminables.

Ellos no vuelven.

El se preocupa. Tiembla de frío. Algo ha salido mal. Algo tiene que haber salido mal. Ya deberían estar de vuelta. Sus manos tiemblan. Sus ojos húmedos reflejan una luminaria amarilla. Suspira, parpadea

(algo les ha pasado, algo les ha pasado, algo les ha pasado)

y siente latir su corazón hasta la garganta seca.

(LES HA PASADO ALGO MALO)

Decide huir de ahí, dejarlo todo, volver a su casa. Su padre lo debe estar esperando desde hace horas, sin tener idea de lo que él está haciendo. Pero sus piernas temblorosas no responden bien, así que se queda inmóvil para no hacer ruido, temeroso hasta de respirar.

Un gigantesco avión de EUROPA Airlines pasa muy bajo tronando sobre su cabeza, y se detiene en el aire -como un colibrí- cerca de allí antes de hacer un aterrizaje vertical en el Aeropuerto Internacional de El Alto. Es tan grande como los antiguos Jumbos, pero tiene alas en delta y turbinas movibles que le permiten despegar en forma vertical, y llevar 450 pasajeros desde Buenos Aires hasta Rio de Janeiro en 14 minutos. El avión enciende sus potentes luces de aterrizaje frente a la nueva terminal del aeropuerto, y gran parte de la ciudad de El Alto se ilumina de azul, rojo y violeta. La torre administrativa del canal de HD-Televisión es un edificio de cristal con paredes plateadas que reflejan las luces como un espejo colosal.

Hacia la izquierda, las nubes parecen algodones ardientes. Las luces del centro de la ciudad (luminarias de hidrógeno y helio) alumbran el cielo como una aurora boreal. Son las cuatro de la madrugada y no se ve ni una estrella. El humo, el polvo, y el hollín que flotan en el aire no dejan ver el cielo.

SIENTE UNA MANO EN SU HOMBRO y da un salto. Otra mano le tapa la boca. Oye la voz de Delfín detrás de él. Son ellos. Han salido de la planta de seguridad sin que él los viera. Tigre todavía le está tapando la boca fuertemente. El se había dado cuenta de que el nuevo estaba por gritar, y había reaccionado a tiempo. Un guardia estaba cerca.

Delfín dice suavemente:

-Vámonos de aquí.

El nuevo seca disimuladamente sus mejillas con el dedo índice. Entre tanto, los otros ya están corriendo por la autopista desierta, alejándose rápidamente de ahí.

Llegan al callejón oscuro en el que dejaron su vehículo. El nuevo no quiere mirar para atrás. Tiene miedo de que los estén persiguiendo. Además no puede correr tan rápido como Delfín, Lobo y Tigre; y sabe que si se demora ellos lo abandonarán ahí. Piensa: "En 18 horas, el canal estará totalmente destruido".

Entran a un auto eléctrico y se sacan rápidamente la pintura y el camuflaje. Son una mujer y tres varones. Por las caras y las voces, aparentan tener unos quince años de edad. Hablan poco. Palmas mojadas, rostros pálidos, rodillas agotadas que tiemblan.

Lobo presiona el número PIN en el panel luminoso del vehículo, y se prende el motor eléctrico. Una tenue luz verde alumbra el interior del automóvil. Los parlantes empiezan a botar música instrumental estridente: Música grandiosa y fantástica del 2.025. Tigre se reclina en el asiento trasero y suspira profundamente. Delfín fuerza una sonrisa. El nuevo mira el reloj que siempre lleva colgado al cuello: 3,47 am.

Son cuatro jóvenes de Latinoamérica que están a punto de librar su batalla más grande.

Y si triunfan, los jóvenes de Latinoamérica controlarán el mundo.


"LA GENTE DEL SIGLO XX JAMAS SE IMAGINO LO QUE ESPERABA A LATINOAMERICA"

Ina Jacobs

La Destrucción del Canal

Alex Ríos despierta sobresaltado.

Se había quedado dormido frente al televisor de alta definición. Su padre lo mira con preocupación. Alex ha "trasnochado" la noche anterior y ahora se está cayendo de sueño.

Salió a "estudiar" a las siete de la noche y volvió a las ochoÉ del día siguiente. Su hermano mayor, Toño, le golpea amigablemente una rodilla y le dice bromeando al "trasnochador":

-Te vas a poder amanecer así en la calle cuando seas hombre, pero por ahora todavía no. ¿Ya ves cómo has quedado? Estás hecho un asco, hermano.

Alex le da un suave puñetazo a Toño y éste finge que se pone a luchar con su hermano, haciendo movimientos de boxeo en un ring imaginario.

-¿Dónde has estado anoche, hijo? -pregunta su padre Jorge Ríos mientras presiona un botón que se encuentra en el panel de control de su sillón. Inmediatamente, el televisor de alta definición que se encuentra frente a ellos, colgado a la pared, se ilumina, y van apareciendo en la pantalla números del 2 al 83. Jorge Ríos presiona de nuevo el botón, dice en voz alta "SEIS-NUEVE", y una publicidad (uno de esos spots comerciales supertecnológicos del siglo XXI) aparece en la pantalla por el canal 69.

Alex se acomoda para ver la tele y le responde a su padre:

-Papi, ya te dije que estuve estudiando con unos amigos hasta la mañana.

-No le creas papá, -dice Toño-. Estaba estudiando a Viviana.

Jorge Ríos mira fijamente a su hijo y le pregunta sorprendido:

-¿Quién es Viviana?

Alex mira furioso a Toño, que ahora finge estar interesado en la propaganda de un auto de energía solar. Luego dice avergonzado:

-Es sólo una chica del curso paralelo.

Por su suerte, le salva el Gong. Aparece un planeta en el televisor de alta definición. Es el comienzo de las noticias en la "Red LATV". Un mundo en dibujos animados gira y se aleja en el espacio hacia un firmamento de estrellas irreales, mientras una voz grave recita la identificación del canal (pasando de un parlante a otro).

"Somos la primera red de Iberoamérica. Los deslumbramos con la televisión stereo de alta definición. Muy pronto llegaremos a sus hogares en tercera dimensión. Somos LATV. La mayor red de Iberoamérica".

Toño, que ha estado por un año en el sector francoparlante de la Comunidad Europea, en un intercambio estudiantil, comenta:

-En este continente somos los últimos para todo. Europa usa sólo alta definición desde el 2.010, y casi todos los canales salen en tercera dimensión.

-Oye, Toño, ¿has visto que están transformando las películas clásicas a tercera dimensión? Hasta los clásicos de los 1.990s se ven excelentes en 3-D, -dice Alex.

Toño le da a su padre un golpecito en el hombro y le dice:

-Papi, películas de tus tiempos.

-No te burles, -dice Jorge-. Esas películas eran buenas. Por entonces yo tenía unos diez años. Llegaban las primeras películas hechas con efectos especiales de computadora.

-¡¡QUE AVANZADOS!! -exclaman burlones los dos chicos a coro. No están impresionados en absoluto.

-Cállense, déjenme ver las NOTICIAS:

El MERCADO COMUN NORTEAMERICANO, QUE FORMAN LAS TRES SUBREGIONES QUE ANTES ERAN CANADA, ESTADOS UNIDOS Y MEXICO, HA OFRECIDO SU COLABORACION A LOS PAISES DE SUDAMERICA PARA RESTABLECER SU CAPA DE OZONO EN LAS ZONAS MAS CRITICAS. ESTE CREDITO SERA PAGADO EN 20 AñOS. EL DOCTOR JOSE SILES, QUE REPRESENTA A LAS ZONAS MAS AFECTADAS EN LAS PARTES ALTAS DE LOS PAISES ANDINOS, HIZO SABER A LA ASAMBLEA MUNDIAL QUE LOS CASOS DE CANCER EN LAS ZONAS DAMNIFICADAS PODRIAN ESTAR CAUSANDO LA MUERTE PREMATURA DE HASTA UN 35% DE LA POBLACION. JOSE SILES, UN DIPLOMATICO PERUANO QUE REPRESENTA AL CONO SUR EN ESTE ASUNTO, ACUSO A LOS TRES BLOQUES INDUSTRIALIZADOS DE ESTAR AUN EMITIENDO FLUOROCARBONOS, AFECTANDO ASI A ZONAS POBLADAS DEL TERCER Y CUARTO MUNDOS.

GEORGE MC.CAAN, EL PODEROSO INDUSTRIAL QUE AL MISMO TIEMPO ES EL PRESIDENTE DEL MERCADO NORTEAMERICANO, HA NEGADO ROTUNDAMENTE ESAS VERSIONES, ACUSANDO A SU VEZ AL MERCADO EUROPEO Y AL GRAN MERCADO DEL ORIENTE DE ESTAR CAUSANDO TALES EMISIONES A LA ATMOSFERA.

RYOSAKO FUJI, ALTO VOCERO DEL GRAN MERCADO DEL ORIENTE NEGO terminantemente LA ACUSACION EN UNA TRANSMISION DESDE TOKIO. LAS TENSIONES ENTRE LAS TRES SUPERPOTENCIAS SE AGRAVAN CADA DIA MAS.

DESDE PANAMA: EL NUEVO PRESIDENTE ELECTO DE PANAMA SE REUNIRA CON LOS GANADORES DE LAS RECIENTES ELECCIONES EN COLOMBIA, BOLIVIA Y VENEZUELA, PARA VIAJAR A NORTEAMERICA. LOS FLAMANTES MANDATARIOS SE REUNIRAN CON UNA COMISION DEL CONGRESO DE NORTEAMERICA, LA CUAL LES DARA INSTRUCCIONES RESPECTO A LOS PROGRAMAS DE GOBIERNO QUE DEBERAN IMPLEMENTAR EN SUS PAISES. ENTRE TANTO, LOS MANDATARIOS DE ARGENTINA, CHILE Y ECUADOR, RETORNAN MAãANA DESDE GINEBRA, DONDE SE REUNIERON CON UN COMITE DEL EUROPARLAMENTO PARA RECIBIR SUS INSTRUCCIONES.

DESDE BOLIVIA, LA PAZ EN LA INFORMACION:

CUATRO EXPLOSIONES DE GRAN MAGNITUD DEJARON A LA ZONA SUBTROPICAL DE YUNGAS TOTALMENTE INCOMUNICADA. BOLIVIA SE HA CONVERTIDO EN EL MAYOR CENTRO DE VIOLENCIA DEL CONO SUR. SE RUMOREA QUE ESTA RED DE SABOTEADORES TIENE CONEXIONES CON GRUPOS SIMILARES QUE OPERAN EN AFRICA Y ASIA. FUENTES QUE NO DESEAN SER IDENTIFICADAS, DENUNCIARON QUE GRUPOS CIENTIFICO-INTELECTUALES PRO-SOCIALES Y PRO-AMBIENTE DE DIVERSOS PAISES ESTARIAN ASESORANDO A LOS SABOTEADORESÉ

(Alex Ríos siente su corazón latiendo rápidamente. "Tengo miedo, Viviana. ¿Qué hemos hecho?")

FUNCIONARIOS DEL GOBIERNO BOLIVIANO CONDENAN EL HECHO DE QUE LOS SABOTEADORES ESTAN RECLUTANDO, ADOCTRINANDO, Y UTILIZANDO A MENORES DE EDAD DE AMBOS SEXOS PARA COMETER LOS ACTOS DE VIOLENCIA. PIDIERON A LOS PADRES DE FAMILIA SER CUIDADOSOS CON CUALQUIER ACTIVIDAD SOSPECHOSA DE SUS HIJOS.

(Alex palidece. Mira asustado a su padre. Piensa: "es increíble que no se dé cuenta". Mira disimuladamente el reloj que lleva colgado al cuello y empieza a contar mentalmente: "10, 9,

-por favor que no funcione-

6, 5, 4, 3, 2, 1...")

La imagen se pierde, y aparece un mensaje en la pantalla de alta definición:

"IMAGEN INTERRUMPIDA EN ORIGEN DE TRANSMISION".


En las afueras de la ciudad de El Alto de La Paz, donde LATV tiene sus nuevos estudios, una luz brilla como un relámpago, y el suelo tiembla en varios manzanos alrededor del canal.

El flamante edificio de cristal explota y se desintegra como un inmenso vaso quebrado. Un instante después VIBRA un trueno, y avanza como una onda sólida. Hay un caos de voces y gritos. El fuego avanza envolviéndolo todo.

Un camarógrafo que trata de obtener una toma de la escena de caos es alcanzado por las llamas, y arde en el suelo gritando sin que nadie le ayude. Todos corren hacia las salidas. En el estudio central, en la cabina de control y en las torres de administración, suenan las alarmas contra incendio. La gente se precipita hacia la puerta principal.

El realizador sigue dando instrucciones a los encargados de bajar la señal del satélite, sin darse cuenta de que el infierno se ha desatado cerca de él. Los auriculares a Todo Volumen le impiden escuchar lo que sucede, y solamente cuando las pantallas de los monitores se apagan sin previo aviso, comprende que ya no está en el aire y que algo muy grave está sucediendo.

El techo se desmorona en el estudio que años antes había servido para hacer programas al vivo, y que últimamente sólo se utiliza como depósito de escombros porque todo, absolutamente todo, llega ahora enlatado del Mercado Norteamericano para LATV; lo mismo que todo llega desde el Mercado Europeo para CDV, la otra red grande cuya programación y totalidad de noticias para Latinoamérica se originan en Germania. Tres empleados indígenas que ayudan a cargar el equipo en el depósito escapan por milagro del techo que cae, pero no pueden escapar del fuego que viene por detrás y que se propaga a una velocidad increíble...


(Alex mira a su padre que está cambiando de canal, y luego vuelve a mirar su reloj y piensa: "9, 8, Viviana, tengo miedo, nos van a encontrar, nos van a meter a la cárcel, nos van a descubrir, nos va a llevar la policía, mi papá me va a MATARÉ 4, 3, 2, 1...")


Una explosión aún más grande que la anterior sacude el patio detrás de la torre administrativa, y el caos aumenta. Los bomberos no llegan aún. Las tres antenas parabólicas para recepción vía satélite saltan al aire en diferentes direcciones ("como en cámara lenta", diría una de las secretarias del canal al recordar las explosiones) y se hacen pedazos que se rompen, se retuercen y rebotan pesadamente entre el estruendo y las nubes de polvo.

El fuego llega a la central eléctrica y se propaga por los cables. Alguien grita con la voz quebrada:

"CUIDADO, ESTA CAYENDO LA ANTENA GRANDE, ¡¡SALGAN DEL CAMINO DE LA ANTENA!!"

mientras pequeñas explosiones eléctricas se ven como chispas en lo alto de la antena metálica (donde está el transmisor de televisión). La inmensa torre metálica pintada de rojo y blanco se inclina lentamente hacia el sur, hacia la hoyada en la que se encuentra el centro de La Paz, una ciudad de 2,5 millones de habitantes.

Se oye un impresionante crujido mientras la torre de hierro se agacha cada vez más rápido, y la luz de la punta (que de noche parpadea en rojo y blanco para alertar a los aviones) sigue funcionando, y se ve cada vez más cerca!

Hasta que cae al suelo, y destruye centenares de casas con un estruendo seco y ensordecedor que se oye a kilómetros. Los testigos presenciales dirían después para la cadena de radios de cable Tokio, la mayor de Latinoamérica:

"Todos salimos de nuestras casas. El... el ruido... nos despertó a todos. Yo... pensé que un avión se había estrellado en nuestra calle. No se veía la torre al principioÉ sólo una nube de polvo. La torre se pudo ver recién varios minutos después, cuando el polvo se disipó. Cientos de casas estaban destruidas, y la torre de metal estaba partida en dos en el suelo."


Jorge Ríos ha encontrado el otro noticiero que sigue transmitiendo desde Germania sin novedad. Alex abre un paquete de dulces (las manos temblando) y pone uno a su boca, mirando las noticias en espera de que digan algo acerca de las explosiones.

Toño bosteza y apoya su cabeza en el hombro de su padre.

"Y HAY UNA NOTICIA DE ULTIMO MOMENTO...

(el hombre con traje negro que coloca una hoja de computadora sobre la mesa tiene acento español)

...DESDE LA PAZ, BOLIVIA (EN EL CENTRO DE SUDAMERICA), NOS INFORMAN QUE HA HABIDO UNA EXPLOSION QUE HA DESTRUIDO LAS INSTALACIONES DE LA RED LATV EN AQUEL PAIS.

NO SE CONOCE CON PRECISION EL NUMERO DE VICTIMAS. EN CUANTO AL MONTO DE LAS PERDIDAS MATERIALES, CALCULOS INICIALES PARECEN INDICAR QUE ESTARIAN POR ENCIMA DE LOS 10 MILLONES DE ECUs EN MONEDA EUROPEA, O SEA UNOS 45 MILLONES DE NUEVOS DOLARES. LATV ES UNA RED DE TELEVISION DE ALTA DEFINICION QUE TRANSMITE PARA CATORCE PAISES DE IBEROAMERICA. LES MANTENDREMOS INFORMADOS..."

-Criminales... -murmura Jorge Ríos con rabia reprimida, sin notar que su hijo Alex clava la mirada en el suelo sin saber si decir algo o quedarse callado.

(si supieras, papá, si supieras...)

Suena el teléfono y Toño contesta. Unos segundos después, tapa el auricular y dice burlón:

-Alex, es tu chica Viviana.

Alex toma el teléfono celular de manos de su hermano, corre a su cuarto, y cierra la puerta.

-Hola, Vivi.

-Alex, ¿viste la televisión?

-SíÉ Viviana, murió gente.

-Ya sé lo que sientes, Alex. Yo siento lo mismo que tú. Pero era la única forma.

-Sí, pero de todas maneras...

-Alex, esa es la única forma de pelear por nuestra vida que nos quedaÉ Nuestra causa es justa.

-Vivi, nunca antes he matado.

-Alex, no hablemos de eso por teléfono. Es peligroso. En todas las guerras hay muertos. Nuestra causa es justa. Te veo mañana en el colegio. Quedate tranquilo.

-Chau, Vivi. Hasta mañana. ¡Espera Viviana!

-¿Qué hay, Alex?

-¿Tienes la tarea de Alemán?

-Si. Te la copias mañana.

-Chau.

Abajo, Jorge Ríos mira a su hijo Toño, que está abriendo una caja de jugo de naranja y le pregunta:

-¿Quién es Viviana?


Un típico colegio de Latinoamérica inculca a sus estudiantes los valores propios de Latinoamérica: los valores que nos han llevado a ser la región más pobre, dependiente, mediocre y corrupta del mundo.

La gente que puede mejorar nuestra situación y llevarnos al triunfo, es la que se forma en colegios no tradicionales. Gente multicultural y políglota. Gente que se considera un mundo aparte -y mejor-. Gente que no cree en los dogmas, las tradiciones, los valores ni las COSTUMBRES de los típicos "latinos".

Gente capaz de gobernar BIEN el mundo. Eso es lo que necesitamos para la AV.

Halcón

(AV: DEPARTAMENTO DE INGENIERIA SOCIAL Y PROPAGANDA)

REUNION SECRETA DE LOS SABOTEADORES

Alex quisiera seguir durmiendo ("qué sueño... y qué mala noche... Vivi, Vivi, nos van a descubrir..."), pero ya son las siete y cuarto, y el bus lo pasará a recoger en media hora más. Se levanta (todavía medio dormido), se ducha, se frota los ojos, y los moja para despertar. Se lava bien el cabello y la cara con un totshower.

(Su papá todavía usa jabón y champú por separado, pero los chicos sólo usan totshower, porque es más cómodo y no deja el cuerpo con esos olores a perfume de jabón, que no sabe cómo puede soportar su papá.)

Toño grita desde afuera del baño, y toca la puerta. Alex sabe que su hermano todavía tiene tiempo porque está en el colegio "Francés" (que también subvenciona el Mercado Europeo), y los del "Francés" entran recién a las ocho y media, así que decide matar tiempo escuchando música en la ducha. Dice en voz alta: "¡música de Alex!", y la última música electrónica de un grupo chileno empieza a sonar por los parlantes del baño.

Pero hoy Toño tiene prisa, así que va directamente a los controles centrales de la casa que están en el piso de abajo, y cambia el disco de la computadora que controla los aparatos de servicios. Empieza a sonar música clásica en el baño, y sale agua fría de la ducha. La voz de Alex se oye desde el baño protestando:

-¡¡¡Toño, dejá esa computadora!!!

Alex no tiene más remedio que salir de la ducha helada, ponerse bajo la secadora (que funciona automáticamente cuando percibe el calor del cuerpo) salir del baño, e irse a su cuarto. Por suerte, el totshower no necesita enjuagarse. Se desvanece y ¡ya! Alex no entiende cómo "su viejo" puede ser tan anticuado, y seguir usando champú.

Toño entra a la ducha en cuanto Alex sale.

Ya son las siete y media, así que Alex sacude la cabeza para que se termine de secar su cabello, que está cortado de tal forma que cae sobre su frente como una cortina tapándole un ojo, y está muy corto por atrás. Muchos chicos de la Zona Sur (de la edad de Alex) llevan el cabello así porque está de moda en Europa. "Hay que aprovechar que los copiones de El Alto de La Paz todavía no lo están copiando", dicen algunos de sus amigos. Eso a Alex ni le va ni le viene. Alex sabe que tiene "onda", así que lleva el cabello como le da la gana (le copien o no le copien). Se pone un arete (de hombre) con una piedra azul que hace juego con su chaqueta térmica, a la cual ya tiene que cambiarle la batería, porque la noche antepasada, en que fue al Alto ("lo que me llevaste a hacer, Viviana, ESO que sabemos") le hizo frío.

Se mira al espejo de su cuarto

(se pregunta qué le ven de bueno las chicas, pero sabe que algo le ven de bueno, porque últimamente no lo dejan en paz)

y se pone un pantalón buzo color dorado (que está de moda en Norteamérica), pero se olvida completamente de ponerle baterías a su buzo. Se pone una camiseta blanca grande de fibra de plástico con unas letras cuadradas que dicen "Colegio Europeo Germánico, Promo 2.027", con la figura de un águila negra en el pecho y las estrellas de Europa en la espalda, marcadas en tintura fosforescente (de la que parpadea y cambia de colores en la oscuridad).

Luego sacude su cabello negro para dejarlo suelto, y éste vuelve a caerle sobre la cara y a cubrirle un ojo. Alex lleva el cabello así porque a Vivi le gusta.

(A pesar de las protestas de su padre, que opina que sería más práctico mirar por los dos ojos, "aún cuando eso no esté de moda en Europa" -pero Alex no hace caso-. Después de todo, como ya sabemos, él tiene onda, y hace lo que le da la gana. Su padre es un anticuado del siglo pasado -el siglo XX es la edad media según Alex-, que no sabe de moda, así que Alex mira por un solo ojo la mayor parte del tiempo.)

No tiene tiempo para ponerse los lentes de contacto azules que hacen juego con su ropa, así que tiene que irse con sus ojos del color que son: cafés. No importa, eso no va a arruinar su imagen, así que anda como quiere.

("¿Algún problema con eso?"

Sólo su padre, que se burla cuando está de buen humor:

-Oye, Alex, ¿por qué no te pones un solo lente de contacto, si sólo se te va a ver un ojo de todas formas?

-Ja, ja, muy chistoso, papi, muuuy chistoso, -responde Alex con sarcasmo.)

Saca su computadora portátil de debajo de la almohada, la dobla y la mete en el bolsillo de canguro de su casaca azul. "Su viejo" llevaba cuadernos de papel y ¡libros! CADA DIA al colegio en una mochila. "Esa gente estaba loca para cargar todo eso cada día al colegio". La generación de su padre era patéticamente anticuada y no tenía sentido práctico. "¡Qué épocas oscuras han debido ser aquellas! Su papá es una reliquia de la edad media, no hay duda. No es para menos: el pobre nació ¡en 1.982! Es anticuado." Alex siempre llega a esa conclusión cuando trata de entender a su padre.

("Habrá revendido entradas para las funciones del Circo Romano, debe ser el único que sabe quién descubrió realmente América... ¡Ha debido ser un pastor de dinosaurios! ¿Te imaginas? ¡Ha nacido en 1.982!" Eso piensa Alex incapaz de imaginarse a sí mismo a la edad de su padre: 43 años.)

Ya está sobre la hora, así que baja las gradas corriendo mientras le ordena a la puerta que se abra, y sale como un misil sin despedirse de Toño. La puerta de reja también se abre automáticamente. Ya está el minibus eléctrico esperándolo en la esquina. Es el minibus número "8" del Colegio Europeo Germánico, que recoge a los chicos que viven en "La Rinconada". Alex sube al bus y saluda al chofer sonriendo y moviendo las cejas:

-¡Hola Pato! ¿Cómo es?

-¡Hola Alex! ¿Cómo va?

Alex se da la vuelta para saludar a los otros tres chicos que recoge Pato de La Rinconada, y que ya están bien acomodados en los asientos de atrás (Alex siempre es el último en llegar). Ellos son de cursos inferiores, en realidad son dos hermanos (un chico y una chica), y una europea de habla germánica. Pablo, el más chico, está en el sexto "C". Siempre está tratando de impresionar a Alex y "se sobra" con los de su curso diciendo que es su amigo. Eso a Alex le divierte, así que le sigue la corriente. Pero este día es el colmo: Alex se da la vuelta para saludar a los tres compañeros de Bus 8, y ve que Pablito también acaba de hacerse un corte de cabello "Europeo" idéntico al de Alex, y le está mirando seriamente, como si nada (pero esperando por dentro ansiosamente la reacción de Alex). Alex es buena gente y no quiere "quemarlo" (que en La Paz todavía significa "hacerle pasar un papelón"), aún cuando ideas para hacerle eso a Pablito no le faltan, y le dice con seriedad: "Buen corte de cabello, Pablo".

Pablo mira a su hermana con una expresión de "¿y ahora qué dices?", pero ella y la europea (que están en octavo) no se dan cuenta, porque están más preocupadas por tratar de agradar a Alex, y dicen al unísono (mejor dicho cantan al unísono):

-¡Hola, Alex!

Pato parte riéndose. Luego mira a Alex, y ambos se sonríen en complicidad. Los del curso de Alex dicen que Pato será tara (cholito de clase baja) pero se "ubica". Es divertido y buena gente. Además espera cuando uno se atrasa (lo cual le ocurre a Alex cada día). "Al Alex" le cae bien "el Pato".

(Así es como siempre hablan el uno del otro, "¿por qué no vino EL Pato? ¿Está enfermo?"; "¿Quieren escuchar el chiste que me ha contado hoy EL Alex en el bus?")

No le importa tener amigos taras. El tiene onda y hace lo que quiere.

AL Pato, Alex también le cae bien. Es de los pocos tipos de la rinconada que son tratables. La mayoría le parecen "alzados" (presumidos) y superficiales. La Rinconada se ha convertido en la zona de ricos tradicionales en la ciudad de La Paz. Los nuevos ricos viven ahora en el barrio de Valencia. Increíble: Valencia era "el campo" en las épocas de juventud de su padre. Ahora está llena de nuevos ricos, que han amasado su fortuna haciendo contrabando.

Pato logra introducir el "bus 8" al río de vehículos que corren por la avenida Ballivián, que ahora tiene más edificios que el Prado (el corazón de la metrópoli). Los edificios del centro no son ni tan altos, ni tan elegantes como los de la Zona Sur.

Unos minutos después, el bus 8 gira hacia la izquierda, hacia el paso a nivel de la entrada a Achumani (que sigue inundándose cada verano -época de lluvias en La Paz-). Y corre el Bus 8 en dirección al Colegio Europeo Germánico ("si te levantaras más temprano, Alex, no me harías correr así"). Pasan por las ampliaciones y nuevos edificios del "Germánico", que está haciendo construir la Comunidad Europea, porque los edificios que se habían levantado el siglo pasado para el colegio ya no sirven. Y además porque el CEG es la carta de presentación de la superpotencia Europea ante la gente de Bolivia.

Pato parquea el bus y los cuatro chicos salen corriendo en direcciones diferentes. Está sonando el timbre de ingreso y quien se atrase, se quedará fuera. Son órdenes del director (un Europeo Germánico). Sin embargo, el encargado de hacer cumplir las órdenes es el subdirector, un boliviano barbudo. "Buen tipo cuando se lo conoce", piensa Alex.

Alex llega corriendo a su curso, el noveno "B". Los cursos se denominan ahora según el sistema eurogermánico y todos tienen que vencer trece cursos para egresar.


Alex se sienta en su sillón en la parte de atrás del curso, junto a sus amigos Tabo y Vinchuca. Justo a tiempo, porque el profesor de Alemán, Herr Johan von Gutenmorgen, un germano gigante de cara colorada, entra al curso con una grabadora.

-Guten Morgen, -dice seriamente.

Tabo y Vinchuca, los dos amigos de Alex que siempre tienen problemas de disciplina, y que se sientan detrás de él, dicen a dúo:

-Guuuten Mooorgen, Herr Gutenmorgen.

Alex se da la vuelta y los mira riéndose.

Mientras Herr Gutenmorgen se sumerge en un mar de reglas gramaticales, los alumnos de su clase matan el tiempo en actividades menos deprimentes y frustrantes que aprender las declinaciones del dativo o el subjuntivo del pluscuamperfecto en el modo pasivo de primera persona plural en Alemán (cualquier cosa que eso signifique -la verdad es que muchos germanos no sabrían qué es eso-).

Se dedican a comer papas fritas, a jugar ajedrez, a escuchar música en sus grabadoras holográficas portátiles, a leer revistas de chistes, y al intercambio de chismes.

Alex finge que está tomando nota de las instrucciones de Herr von Gutenmorgen tecleando su computadora, pero en realidad está tratando de superar su propio récord en "¡¡¡Peligro Nuclear!!!", un juego electrónico que se puede "correr" en las computadoras portátiles que se llevan a clases (desde luego que eso está prohibido en el colegio, pero por lo mismo resulta ser tan tentador que hasta los más nerds lo juegan en sus computadoras escolares portátiles de vez en cuando).


Delante de Alex se sienta su amiga Paola, que es la chica con más "conciencia social" del curso

("Chicos, cuando nos toque egresar, no deberíamos derrochar mucho dinero en nuestro viaje de promo. Hay gente pobre en el país que necesita el dinero que a nosotros nos sobra". -A lo que Roco, el capitán del equipo de fútbol del curso había contestado: "mira Paolita, si quieres salvar a los pobres, dile a tu viejo que venda uno de sus Mercedes solares convertibles, les regale la plata y no arruines nuestro viaje de promoción, ¿estamos?")

y atrás está Vinchuca, que tiene papá germano y mamá chilena, pero es más boliviano que la montaña Illimani.

(Vinchuca es campeón nacional de TurboSkate -patines motorizados ultraveloces que usan los chicos de la Zona Sur-. Lástima que salió último en el Sudamericano, pero es que esos otros tipos eran profesionales.)

En fin, así pasa el tiempo y pasa y pasa y pasa y pasa y pasa y pasa... y el reloj no avanza nada cuando está hablando Herr Gutenmorgen ("qué hombre taaan aburrido", piensa Alex), y de pronto, aparece un mensaje en su computadora que oculta parte de su mapa de juego justo cuando está lanzando un ataque nuclear contra el Mercado del Oriente (adiós récord, ¿quién será?).

Las computadoras escolares pueden intercambiar mensajes. Eso sirve para que el profesor se comunique con las computadoras de sus estudiantes. Pero como estos chicos viven entre computadoras desde que nacen, saben cómo modificar el software, de forma que se comunican entre ellos: los enamorados se mandan mensajes, juegan guerras en red, mandan insultos anónimos, etc.

Está entrando un mensaje desde otra computadora:

CONDOR QUIERE VERNOS EN EL SIGUIENTE RECREO, EN EL LUGAR DE SIEMPRE

Viviana

Alex ya no puede pensar más en la clase de Alemán, ni en el juego de su computadora. Sabe que ahora es parte de algo muy grande. De algo mucho más grande que él. Dos noches atrás ha pasado su prueba de fuego.

(Viviana, lo que fuimos a hacer esa noche en El Alto.)

Ahora CONDOR lo quiere ver, y eso significa que ha pasado la prueba satisfactoriamente, y va a ser iniciado. No sabe bien por qué se ha metido en ese grupo. Es como jugar con fuego.

A lo mejor fue Viviana, quizás buscaba alguna aventura, o la posibilidad de que CONDOR le ofreciera una causa mucho más valiosa para arriesgar su vida, que ganar una cerveza en la ruleta rusa de autos que jugaban algunos de su curso. Tal vez fue el darse cuenta de que tener plata y onda no le es suficiente. Pero ahora que está adentro, tiene miedo. Esa es la verdad: tiene miedo.


Sonó el timbre y los del noveno "B" salieron al primer recreo. Alex esperó a que todos salieran.

Metió su computadora en la repisa de su mesa para que nadie se copiara su tarea de Matemática del Caos, que a él le había tomado dos horas hacer (le gustaban las matemáticas), y luego salió del curso. Caminó por el pasillo en dirección al sótano (donde se encontraba el laboratorio de Biología).

Se cruzó con dos chicos del curso paralelo que le saludaron, y él respondió con indiferencia. Bajó las gradas, pasó por el laboratorio de idiomas, y quedó frente a la puerta de la sala de Biología. Esperó a que el portero saliera al patio. Nadie tenía que verlo. Después tocó la puerta "en clave". Una voz femenina le dijo desde adentro:

-Busco un mapache. -Esa era la señal del grupo de CONDOR. Alex ya sabía la respuesta de contraseña:

-Está extinto.

Se abrió la puerta, y Alex entró a la sala de Biología.

Adentro, ya estaba Viviana con otros dos chicos que Alex conocía un poco (LOS QUE FUERON AL ALTO, el que llamaban Tigre, y el otro que llamaban Lobo). Se colocaron los cuatro frente a una cámara de video que transmitía la señal codificada hasta algún lugar de La Paz desde donde CONDOR supervisaba las operaciones.

CONDOR habló desde su escondite, y los vio a través de un circuito secreto de televisión. Todas las transmisiones de la AV estaban codificadas y protegidas. CONDOR era el principal coordinador de la AV en La Paz, y no podía correr riesgos. El video codificado era la única forma de hablar con él. Ninguno de los cuatro lo había visto jamás en persona.

-Soy CONDOR, -dijo una voz por el parlante-. Demos la bienvenida a un nuevo miembro del grupo. Nos ha demostrado su lealtad dos noches atrás, y ahora tiene mi confianza.

No nos interesa su nombre. Lo conoceremos como "Lince". Bienvenido al grupo. Estos son Lobo y Tigre -(ellos hicieron una señal con sus manos cuando CONDOR mencionó sus nombres de PROTECTORES, y sonrieron a Alex-Lince.)- tú ya conoces a Delfín -(Delfín era Viviana)- que te ha traído a nosotros. Nuestras vidas estarán en tus manos desde ahora, y tu vida estará en las nuestras. Quiero que vayas al campamento 22 para aprender lo necesario para ayudarnos. Te esperaremos mañana por la noche. Encontrarás ayuda para acudir a nosotros en tu casillero del colegio mañana temprano. Delfín, enseña a Lince. Lobo y Tigre, cuiden a Lince hasta que pueda cuidarse él mismo. Quédense cerca de él. -(los tres asintieron al mismo tiempo moviendo las cabezas hacia abajo)- Eso es todo. Adiós, PROTECTORES.

-¡Por el Mundo!

Alex vio a los tres PROTECTORES poner el puño derecho frente al pecho, la mano izquierda sobre el puño derecho, y les oyó decir a coro:

-¡SALVAREMOS AL MUNDO!

Alex y Viviana salieron del laboratorio de Biología y volvieron al patio con los otros estudiantes del Colegio Europeo Germánico. Había un murmullo de voces de colegiales que tomaban el sol, y todo parecía normal.


El Che Guevara fue un notable idealista, pero también un guerrillero incompetente. Se aventuró con apenas 12 hombres a Vallegrande, a reclutar campesinos para el comunismo en la región más católica de Bolivia.

Pedro Domingo Murillo (uno de los iniciadores de la revolución de las colonias sudamericanas contra España) tuvo una muerte absurda y a penas sirvió como mártir y bandera.

El Subcomandante Marcos, se convirtió en parte del sistema, en el momento en que se convirtió en un político más.

A Nestor Serpa Cartolini, del MRTA, su increíble inocencia le costó la vida y la de su movimiento rebelde. No pensó que se introducirían micrófonos espías en imágenes de santos o en vituallas de la Cruz Roja.

Los que se han rebelado contra el sistema han sido casi siempre incompetentes. Sus fracasos lo demuestran.

En cambio Cóndor era hábil. Demasiado hábil para ellos.

De los archivos secretos de la AV

Cóndor

En una de las calles que suben por los poblados cerros del barrio de Sopocachi, en el antiguo centro de La Paz, y con vista a la cordillera de Los Andes, se encontraba la base secreta de Cóndor.

Cóndor leía en el monitor los informes que le llegaban desde alejadas regiones del globo. Los ejércitos mercenarios de la Gran Corporación estaban haciendo grandes movimientos de tropas. Recientemente, se habían movilizado cuatro escuadrones completamente equipados con cazas, bombarderos, bloqueadores de radio-radar, y unidades antiguerrilla, desde sus bases en Angola hasta las proximidades de Recife, en el extremo oriental de Brasil. Cóndor pidió confirmación a Facilitador AV, como llamaban ellos a la computadora que coordinaba las acciones de los ejércitos de Cóndor.

Llegó también un informe desde Asia: Cuatro divisiones aerotransportadas antisabotaje se estaban movilizando desde su base al sur del Tíbet, en los Himalayas. Había unos 6.000 mercenarios de La Corporación especialistas en lucha antisabotaje. Cóndor programó una nueva ruta de seguimiento para el satélite verde que se encontraba en órbita pasando en ese momento sobre Guam.

-Listar disco beta, -dijo Cóndor al micrófono de su terminal de la computadora Facilitador AV, y una lista de documentos pasó por la pantalla del monitor.

-Alto, -dijo Cóndor cuando vio el folder "Ojos de Cielo". La lista se detuvo en la pantalla.

-Abrir archivo "Ojos del Cielo", -dijo Cóndor observando atentamente el monitor.

La voz artificial de Facilitador AV se oyó a través de los parlantes de la terminal:

-"Ojos de Cielo" es un folder clasificado. Dé contraseña de acceso.

-G-E-N-E-R-A-C-I-O-N-dos-cero-cero-cero, -dijo Cóndor. El mismo había personalizado esa contraseña. Era la única forma de obtener acceso a los sistemas de defensa de la AV.

La pantalla parpadeó por un momento, y aparecieron iconos de formas y nombres aparentemente sin sentido.

-Abrir "Ojo de Pez", -dijo Cóndor.

La pantalla cambió nuevamente, y parpadeó tres veces. Un cuadro de diálogo apareció en el medio con un signo de interrogación y un mensaje:

"? definir área"

-Espacio, -dijo Cóndor, y aparecieron en la pantalla los iconos de control del satélite de la AV. Parecían paneles de controles en dibujos animados. Algunos estaban agrupados por colores, y otros por formas. Los amarillos que se encontraban dentro del cuadro de rastreo eran los que le interesaban. Las teclas de la derecha cambiaron de color y aparecieron nuevos símbolos en las de funciones.

-Abrir programa de rastreo, -dijo Cóndor, y apareció un esquema en tres dimensiones de la tierra, girando muy lentamente. Había un punto de luz azul que se movía en el área correspondiente al Pacífico Sur, y se dirigía a la isla Hokkaido del archipiélago Japonés.

Cóndor repasó mentalmente las bases que la AV tenía en el sector. Había una a trescientas millas al noroeste de Honchu. En las miles de islas del Japón, había siete bases de la AV. Una de ellas estaba equipada para programar el satélite. Cóndor decidió que la usaría como retransmisora.

-Acceso a base 97, -dijo Cóndor.

-Definir área.

-Folder comunicaciones.

La pantalla cambió y aparecieron nuevos grupos de iconos. Parte del teclado se tiñó de azul. Otros símbolos aparecieron en las teclas de funciones.

-Acceso a comunicaciones de gran alcance, -dijo Cóndor.

-Definir área.

-Satélite.

La pantalla se llenó de fórmulas matemáticas que determinaban la posición y el rumbo del satélite verde.

Cóndor se inclinó junto al teclado, e introdujo una nueva fórmula para que el satélite siguiera un curso paralelo al convoy. La pantalla parpadeó dando un alerta:

-El rumbo está siendo modificado. Confirmar? Corregir? Anular? Reiniciar?

-Confirmar, -dijo Cóndor.

La pantalla volvió a mostrar un esquema de la Tierra girando lentamente, y la nueva ruta del satélite verde apareció en una línea verde brillante punteada, paralela al curso del convoy. Los mercenarios estaban movilizando sus mejores ejércitos. Posiblemente estaban agrupándose para destruir a la AV. Para Cóndor, eso era señal de que había que tomar decisiones rápidas. La Corporación estaba movilizando sus propios ejércitos, y los ejércitos de varios países en contra de la AV.

Facilitador dio un mensaje en la esquina inferior derecha de la pantalla.

-Albatros ha llegado. Acceso? Espera? Postergar reunión?

-Acceso, -dijo Cóndor.

Albatros entró a la sala. Era alto, estaba pasado de peso, y tenía una sonrisa agradable que inspiraba confianza a primera vista. Era el encargado de Ciencia Política Global.

Era un uruguayo de 23 años que nunca se había decidido entre la historia, el ajedrez o la política, así que era un especialista en las tres disciplinas, y las combinaba de tal manera que resultaba un elemento ideal para Cóndor.

Cóndor le extendió la mano sin levantarse de su silla frente a la terminal de Facilitador, y siguió tecleando subrutinas complementarias para que el satélite alertara a la computadora en caso de detectar cualquier movimiento sospechoso de los convoys. Sin despegar la vista de la pantalla azul, preguntó:

-¿Para qué quieres verme?

-Estoy preocupado, -dijo Albatros poniendo una silla junto a la mesa transparente, y mirando la cordillera de los Andes a través de la inmensa vidriera. Más abajo estaba el centro de la ciudad. Los edificios gigantes se elevaban casi hasta tocar las nubes.

Cóndor dejó de teclear y lo miró.

-¿Qué pasa?

-Es Wara. No confío en él.

-Ya lo sé. Yo tampoco. Pero lo necesitamos. Wara tiene acceso a los VV y nos da capacidad de acción en gran escala en todo el mundo.

-Nos está usando. Sólo quiere aumentar su poder.

-Y nosotros lo estamos usando a él, porque no tenemos capacidad de guerra urbana, Albatros. Esta alianza es sólo para la gran ofensiva. Después no tendremos nada que ver con él ni con los VV.

-Está bien. Pero tenemos que controlar a Wara, porque él tendrá la oportunidad de aprovecharse del caos y la descomposición social que causaremos. El efecto de bandada puede jugar a su favor.

-Tú estás muy seguro del efecto bandada, Albatros. Nuestra ofensiva depende de eso.

-Están dadas las condiciones, Cóndor. Es como los pinguinos.

Cóndor se rió.

-¿Como los pinguinos?

-Sí, -dijo Albatros con seriedad sin importarle la reacción de Cóndor-. Como los pinguinos. Cuando llega la hora de comer, se reúnen millones de pingÙinos en la costa, pero ninguno se atreve a entrar a pescar al agua, porque los leones marinos y las orcas los están esperando cerca de la orilla. Los pinguinos tienen hambre, tienen la motivación para entrar, todos ellos, cada uno de los millones que esperan en la orilla, pero ni uno sólo entra al mar.

-Hasta que entra el primer pinguino al agua, -dijo Cóndor comprendiendo.

-Exacto. Y cuando millones ven que uno ha entrado al agua...

-Entran todos. Nosotros seremos el primer pinguino. Espero que los otros nos sigan.

-Nos seguirán. Cuando hay un líder que tiene la razón, puede mover a las masas... si sabe cómo hacerlo.

-Eso está en manos de Halcón. La información es fundamental para que todo el mundo nos vea dar el primer paso. Confío en Halcón.

-¿Y nuestros "PROTECTORES"? ¿Cómo funciona ese proyecto? -preguntó Albatros sonriendo.

-Excelente. No sé cómo no se le ocurrió a nadie antes. Es una idea de Halcón.

-¿Realmente funciona? Uno diría que chicos de quince o dieciséis mojarían sus pantalones en misiones de sabotaje.

-No. Son eficientes, confiables, y aprenden rápido. Además, saben que realmente nada tienen que perder. Es su generación lo que estamos tratando de salvar, Albatros. Son chicos, pero no son imbéciles. Se dan cuenta de que su futuro depende totalmente de que triunfemos.

-Me gusta el toque dramático de que "salvaremos al mundo". ¿Fue idea de Halcón?

-Sí, -dijo Cóndor-. Claro que no somos tan ignorantes como para pensar que estamos salvando al mundo. El mundo seguirá adelante con o sin nosotros. Cuando los humanos nos extingamos llevándonos con nosotros cientos de miles de especies, quedarán otras para poblar el planeta. En realidad, la humanidad está cometiendo suicidio, pero el mundo seguirá adelante. Lo más apropiado sería decir que estamos salvando el mundo en el que la vida humana es posible, en condiciones razonables. En todo caso, Halcón piensa que una "causa" levanta la moral.

-Halcón es una mujer práctica.

-Práctica y competente. Conoce bien su campo.

-¿Es fácil reclutar chicos para la AV?

-Sí. Tenemos parámetros de características psicológicas. Tenemos acceso a computadoras de colegios y universidades de varios países, y obtenemos información acerca de prospectos. Cuando encontramos un candidato, lo contactamos. Ya tenemos decenas de centros de entrenamiento alrededor del mundo.

-Los entrenan bien, ¿no?

Cóndor levantó los ojos para mirar a Albatros y le dijo suavemente:

-El entrenamiento básico dura seis semanas. Son seis semanas realmente difíciles. Pero lo que estamos a punto de hacer no es un juego, y si no están listos para lo que sea...

-¿Hay deserciones?

-No.

-¿Ninguna?

-Ninguna.

-¿Por qué? ¿Manipulación psicológica de Halcón?

-No. Técnicas de entrenamiento militar de Aguila. Créeme: a nadie le deseo pasar por esas seis semanas.

-¿Aguila?

-Sí. Aguila está diseñando las técnicas de entrenamiento.

-¿Es un militar?

-Lo fue. Pero ahora sólo trabaja con nosotros. La verdad es que los ejércitos nacionales de élite de diferentes países le resultaron demasiado blandos, y nosotros le damos libertad para hacer el entrenamiento de nuestra gente a su manera.

La pantalla de la terminal parpadeaba en azul y blanco.

Cóndor oprimió teclas rápidamente pidiendo información. Se abrieron tres nuevas ventanas en la pantalla y Cóndor siguió abriendo iconos y programas. Un mapa del Medio Oriente apareció por un segundo, y después un mapa de la India. Luego apareció un tercer mapa que mostraba la Polinesia.

-¿Hay más movimiento? -preguntó Albatros.

-Otros cuatro escuadrones aéreos vienen hacia aquí. Están reforzando sus posiciones en Recife, Tierra del Fuego y la Isla de Pascua. Nos están rodeando, Albatros. Vamos a tener que actuar antes de lo que pensaba. No tenemos elección. Wara tiene que participar.


LAS DIFERENCIAS ABISMALES EN LA CALIDAD DE VIDA DE LA GENTE DE NUESTRAS GRANDES CIUDADES, SON EL REFLEJO DE LAS DIFERENCIAS ENTRE LOS PAISES DEL MUNDO. ESAS DIFERENCIAS LLEVAN A MUCHOS A LA MISERIA DESESPERADA, Y LA DESESPERACION LLEVA A LA VIOLENCIA. LOS CAUSANTES DEL DESASTRE, LA GENTE DEL SIGLO XX, SUFRIRAN LAS CONSECUENCIAS DE LA VIOLENCIA TAN IRRACIONAL Y MIOPE COMO LOS ERRORES DEL PASADO. Y NO TENDRAN A QUIEN CULPAR, SINO A SI MISMOS.

UN ASESOR SOCIOLOGICO DE LA AV.

Los Jóvenes se Preparan para la Guerra

Toño, Alex, y su padre se sientan a la mesa mientras la sirvienta indígena de Achacachi (una ciudad en el altiplano andino) les trae la comida. Ya son las 10 de la noche. La comida (una imitación sintética de carne de pescado) está buena, y los tres devoran sus raciones sin hablar. Al final, Jorge Ríos dice en voz alta dirigiéndose a la computadora:

-¡Música de Jorge, programa 3!

Toño y Alex ponen caras de desagrado.

("Oh, no. Las músicas de mi papá son aburridas..." )

-Oye, papi -dice Alex osadamente ("más vale que el viejo se dé cuenta")-, la música de tus tiempos es mala...

-Pésima, -corrige Toño.

-¿Qué les pasa? Eso era música de verdad. Lo que ustedes escuchan no es música, es sólo un montón de ruidos...

-Papi, ¿qué música estaba de moda cuando tenías mi edad? -pregunta Alex con curiosidad.

-Durante los años 1.990s había bastante música que nos llegaba desde América Central. Muchos chicos bailaban eso en la mayor parte de Latinoamérica.

-¿Cierto? ¿Qué música era esa? -pregunta Alex nuevamente. A Toño esa conversación no le interesa. La música de la época de "su viejo" ni le va ni le viene.

-Bueno, estaba el "merengue".

Alex y Toño se miran y se ríen fuertemente. Toño mira fijamente a su padre y le dice:

-El merengue se come, no se baila.

-No sean tontos, ¡claro que se baila!

-¿Sólo bailaban postres? ¿No bailaban tragos? ¿No bailaban el singani o el ron? -pregunta Toño divertido.

-¿No bailaban sopas? -pregunta Alex burlón.

-No sean tontos. En serio, el merengue era un baile, -dice su padre perdiendo la paciencia.

Alex y Toño se miran encogiéndose de hombros y piensan al mismo tiempo: "La gente de esa época sí que era rara".

-¿Qué más bailaban, papi? -Ese es Alex, que tiene la esperanza de que su papá diga alguna otra cosa chistosa.

-También se bailaban las "salsas".

Ambos chicos estallan en una carcajada. Alex se toma del estómago y lagrimea de risa.

Jorge Ríos se levanta diciendo entre dientes algo acerca de que no se puede hablar en serio con esos chicos y de que ya no hay respeto para con la gente mayor. Sus hijos no pueden parar de reír.

Alguien llama a la puerta. Alex se acerca a una pantalla que muestra la puerta de calle. Son Viviana y Lobo.

-¡Es para mí, papi! ¡Tengo que salir! ¡Te veo más tarde!

Toma su casaca azul y sale como un rayo hacia la noche sin escuchar nada más. Su padre se queda hablando sólo, diciendo que es demasiado tarde para que salga.

Alex le da a Viviana un beso en la mejilla mientras le dice con entusiasmo:

-¡Hola, Vivi! -Luego sonríe a Lobo, extiende la mano, y le dice cordialmente:

-¡Hola!

-¡Hola Lince! Ven a pasear con nosotros, -dice Lobo estrechando la mano de Alex.

Los tres suben al convertible eléctrico verde de Lobo, los dos chicos adelante, y Vivi atrás. Lobo presiona la clave P.I.N. en los botones numerados del panel, y el poderoso motor eléctrico empieza a zumbar. Hace diez años que no fabrican autos con "llave de contacto". Ahora se usa el sistema PIN y todo lo que hay que hacer es recordar el número clave del auto, marcarlo en el panelÉ y ¡zas! Se activa el motor eléctrico.

Lobo toca un botón azul en el panel y empieza a sonar música de verdad ("nada que ver con la basura que oye el viejo") por el sistema digital holográfico. Es el último disco del grupo euro-francés GENERATOR: "Poséeme".

Para alguien que no sea conocedor de GENERATOR, digamos que está producido por sintetizadores, usa todas las frecuencias a las cuales el oído humano es sensible, e incluye de rato en rato gemidos insinuantes.

La música de GENERATOR está científicamente diseñada por neuromusicólogos y psicólogos del centro de Francia, para producir unos minutos de fulminante placer. Y si ustedes vieran la cara que pone Alex en el convertible (mientras escucha Generator con los ojos cerrados, dejando que surta su efecto en su cerebro y en sus sentidos), no dudarían que es música realmente buena. Y entenderían por qué la música de su padre no le impresiona en lo más mínimo.

Lobo los lleva por la Avenida Kantutani (el camino viejo) cerro arriba, hasta el centro de la ciudad. El edificio más alto del centro se ve a lo lejos; es una construcción en forma de monolito tiahuanacota de 68 pisos. Está en la avenida Arce.

Pasan por el centro de la ciudad, donde ya casi no se puede ver el sol de día, porque en las calles principales hay muy pocas construcciones de menos de 15 pisos. El Prado parece un canal gigantesco en el cual los edificios forman dos enormes paredes continuas a ambos lados de la calle.

Los jardines del medio, que el siglo pasado habían servido como un paseo peatonal, se han convertido en cuatro carriles adicionales, dos de ellos para el bus eléctrico. Las aceras han sido reemplazadas por la plataforma del tren rápido. Los peatones circulan ahora por los túneles que hay debajo de la calle.

Los famosos subterráneos del Prado son una inmensa red de túneles (como una ciudad bajo una ciudad). Están llenos de tiendas elegantes y restaurantes de lujo. Los subterráneos son un paseo deslumbrante durante el día.

Si uno se sube a la correa transportadora, llega de la Plaza del Estudiante al Obelisco en siete minutos.

Pero de noche, las galerías subterráneas del Prado son oscuras, solitarias y peligrosas. Están dominadas por los "Doble V", una organización radical juvenil que mata sin hacer preguntas a cualquier persona que aparente tener más de 30 años.

Doble V significa "Vengadores Verdes", y es la sigla de un enorme movimiento mundial (sólo en la ciudad de La Paz, tiene decenas de miles de seguidores). Hay VVs en todas partes del mundo, desde Vladivostok hasta Ciudad del Cabo; de Shanghai a Barcelona; de Nueva York, a San Francisco y a Hawai. Están por todas partes. Son radicales, sanguinarios, y fanáticos. Todos ellos son menores de 25 años.


Alex tiene los ojos entrecerrados. Se encuentra reclinado en el asiento del copiloto, moviendo la cabeza al ritmo de GENERATOR, y tratando de copiar con su voz la espectacular y embriagante melodía:

"Tuturán. Zas-zas. ¡Turun-zas!"

En ese momento, pasa por sobre ellos el funicular gigante que conecta Miraflores con San Francisco, y su sombra se ve en la niebla y el smog como el paso de un zepelín.

Llegan al Obelisco y tienen que entrar a la vía subterránea.

La calle Mariscal Santa Cruz ahora tiene tres pisos: El nivel superior (que da para afuera) es para peatones, el del medio tiene seis carriles para los vehículos que se dirigen del centro a la autopista La Paz-El Alto, y el de abajo es para los carros que hacen el recorrido contrario. Lobo maniobra el convertible hacia el carril de la derecha, y corre a 90 kilómetros por hora (la velocidad mínima en el túnel). Las miles de luminarias de sodio, helio y mercurio, y los cientos de letreros de publicidad de "Cerveza de La Paz" iluminan los túneles más de lo que la luz del día puede iluminar el exterior.

(luchando por llegar hasta el suelo a través del humo negro y maloliente)

A causa de su situación geográfica, en una hoyada entre las montañas de Los Andes, La Paz está entre las diez ciudades más contaminadas del mundo.

Lobo toma la salida de su derecha, y corre por un túnel que sube a la superficie como un tirabuzón. Después, entra rápidamente por otro túnel más pequeño que está marcado con la letra "P", y unos segundos después, llega al edificio de parqueos. Las galerías están llenas de propaganda política, y hay muchas leyendas escritas en pintura verde fosforescente que se leen en la oscuridad del pequeño túnel. Son propagandas de la doble "V".

"Venganza, muerte a las generaciones del Siglo XX"

"Justicia para los Asesinos del Mundo"

Lobo mete su tarjeta magnética en la máquina de la entrada, y la puerta del elevador para autos se abre. Lobo entra despacio, y la puerta se cierra tras ellos con un sonido metálico. Empiezan a moverse subiendo en dirección al piso 22, donde se encuentra el parqueo privado del padre de Lobo.

El convertible entra al parqueo 897, y Lobo apaga el motor. Luego presiona un botón que dice "Security Lock". La música de GENERATOR se termina automáticamente. Alex, Viviana y Lobo, salen a caminar por la plaza San Francisco.

Atraviesan el puente que se alza por encima de la plaza San Francisco. Abajo, una multitud fluye lentamente en dirección a los centros comerciales. Una masa humana de decenas de miles pasa como un río por debajo de ellos. El suelo tiembla como un interminable terremoto al paso de los vehículos por las dos vías subterráneas de alta velocidad.

Hacia la izquierda, está el horizonte de rascacielos, cuyas cúspides se pierden entre la niebla y el humo.

Ruido, luces de neón, letreros multicolores espectaculares de Cervezas y de Sodas-Colas.

Hay una pantalla gigante sobre el edificio Alameda, que muestra la emisión del canal de televisión CDV. Al frente, sobre el edificio La Paz, hay otra pantalla gigante en la que normalmente se proyecta LATV. Esa pantalla está apagada.

(la explosión, la antena caída, el edificio que se quebró como un vaso de cristal, "¿EN QUE ESTAS METIENDOME, VIVIANA?")

Normalmente, aquellas pantallas pueden verse desde varias cuadras de distancia.

***

Pero en los cerros, precipicios y acantilados, donde las casas parecen coladas a una pared hasta la linea recta horizontal que marca el comienzo de El Alto, continúa la misma miseria, el mismo olor a subdesarrollo total y patético de siempre.

-Lince, cuida bien tus documentos y tu dinero. No hables con nadie. Vamos a subir por la calle Sagárnaga. -Ese es Lobo, que habla mirando fijamente a Alex.

-Lobo, colócate detrás del Lince, -ordena Delfín. Cuando son PROTECTORES, es ella quien da las órdenes. Lobo mueve la cabeza (sí) y obedece.

Alex nunca en su vida ha subido por los barrios que se encuentran al oeste de la avenida Montes. Su padre se pondría realmente furioso ("histérico", como dicen los del curso) si supiera que su hijo está dirigiéndose allá ahora. Los chicos de la Zona Sur no van por allá. Es demasiado peligroso, y no hay buenas razones para hacerlo desde que se eliminaron los aranceles de aduana, y todos los comerciantes legales venden las mercaderías importadas al mismo precio que los contrabandistas.

Alex cierra el bolsillos de su casaca con una cremallera, y mira a la iglesia de San Francisco. La construcción ha quedado perdida entre cuatro enormes edificios manchados de negro por el hollín. De sus ventanas cuelgan ropas multicolores que secan, y se llenan de tizne al mismo tiempo. Sabe que aquella gente no tiene televisores de alta definición, ni autos eléctricos, ni TurboSkates. Muy pocos de esos chicos han visto en sus vidas una computadora escolar.

(y pensar que Alex ya ha perdido una, ha roto dos, y tiene otra de repuesto para cuando se olvida de cargar la batería)

Aquí empieza la otra realidad de La Paz: una realidad de pobreza y hacinamiento, de crimen y droga, de cólera y SIDA, de humo y mal olor. Una realidad de peligro para chicos como Alex, a quien podrían identificar por su acento de la Zona Sur (que a los chicos de la Zona Norte les parece "de niñito mimoso y meloso"), y matarlo por una casaca térmica, o por un par de zapatos de carrera... O simplemente por rabia.

Alex siente que está entrando a territorio prohibido.

-¿Por qué venimos por aquí? -pregunta nerviosamente. No quiere que Lobo y su chica se den cuenta de que está asustado.

-Tenemos que encontrarnos con alguien, -dice Lobo con calma. Luego susurra gravemente -: No hables si no es necesario, Lince. Se van a dar cuenta de que somos de la Zona Sur y vamos a tener problemas.

Alex siente que "algo" le oprime el pecho. Es ese "algo" que siempre siente cuando tiene miedo. Sus rodillas tiemblan mientras sube la cuesta de la calle Sagárnaga, en medio de un mar de gente que lo arrastra.

Viviana ha estado ahí antes y se ha acostumbrado a esa sensación de miedo y de inseguridad

(el territorio prohibido)

mucho tiempo atrás. Es más, ella se unió a CONDOR en parte porque conoce esa realidad, esa "otra cara" de las ciudades de América Latina. Ella ya sintió el mismo miedo, el asco, y ese sentimiento de opresión antes. Viviana busca con su mano derecha la mano izquierda de Alex, la toma y luego entrecruza sus dedos con los de él. Alex la mira, ella lo mira y ambos sonríen. Lobo está detrás de ellos protegiéndoles las espaldas. Lobo (Marco) siente algo raro (parecido a la nostalgia) viendo a Alex y a Viviana tomados de la mano.

Tienen que meter los pies en un charco de agua negra y maloliente que baja por la calle Sagárnaga. A ambos lados, hay tiendas en las que se venden comestibles y ropa barata del GMO. De rato en rato, pasan junto a las entradas de las galerías inmensas, donde se vende la ropa usada que llega donada desde Norteamérica y Europa. Alex siente una mano en el bolsillo trasero de su pantalón, se da la vuelta para mirar, y sólo ve el río de gente que lo arrastra. Una tarjeta del Club del Sur, que llevaba en ese bolsillo ha desaparecido. Lobo había visto el robo, pero al darse cuenta de que la tarjeta delataría que eran de la Zona Sur, había decidido no intervenir. Lobo podía enfrentar a un par de ladrones, pero no a semejante muchedumbre.

Alex no sabe que Lobo tiene su J 99 de Protector oculta en su bolsillo de canguro, lista para disparar.

Un vendedor ambulante de comida, ofrece pizzas desde un carrito con letreros luminosos de neón de pésimo gusto, y Alex se da cuenta de que tiene una pistola a mano, colocada dentro de su bolsillo de canguro, para evitar que le roben los centavos que obtuvo de su venta del día.

De pronto, tres jóvenes, entre ellos una mujer, saltan desde una ventana apareciendo como fantasmas cerca de Alex. En la confusión que se produce, él llega a ver que tienen las caras cubiertas con pañoletas verdes, y que ninguno parece tener más de unos 16 años.

("la edad de Toño, mi hermano mayor")

Hay un caos que dura dos segundos. La gente grita y se aparta aterrorizada. Saben que son Vengadores Verdes, son VVs, alguien va a morir, hay que alejarse, y rápido. Uno de ellos toma a una anciana por el cuello y la hace caer al suelo. Otro salta sobre ella, y le deja una impresión de tinta en el cuello con las dos "Ves". La anciana se mueve en el suelo impotente y mira con los ojos desorbitados. Sus cosas (unas frutas y un ramo de flores) ruedan calle abajo. La gente se aleja. Es inútil pedir ayuda. Finalmente, la joven saca una pistola, y dispara varias veces a la anciana a sangre fría. Hay chillidos, llanto, confusión y terror. Alex ha quedado como paralizado. La sangre sale de la yugular de la anciana como si fuera bombeada a presión. La mujer se sacude en el suelo como si estuviera sufriendo un ataque, tose, y la sangre sale por su boca. Muere con un sonido gutural, algo que más parece el gemido de un animal. Alex nunca en su vida ha visto morir a alguien de cerca. Sí, él ha participado

(indirectamente, a decir verdad)

en lo del canal de televisión, pero eso fue diferente, casi como un juego a control remoto. En cambio esto le parece muerte real. Ha quedado pálido, inmóvil, y con la boca abierta.

Lobo tiene la mano en el bolsillo (el dedo índice colocado en el gatillo de su J 99 -por si fuera necesario disparar para proteger a Delfín y a Lince-) y le dice suavemente:

-No mires, Lince. Haz como si nada hubiera ocurrido. No puedes hacer nada. No mires porque nos meterás en problemas.

-Ven, Alex, -dice Viviana.

Viviana aprieta la mano de Alex y siente que él tiembla. Las calles son cada vez más oscuras. La noche en estos barrios es mortal.

-Vivi, vámonos de aquí -dice Alex. Ahora sí suena asustado.

Lobo dice desde atrás:

-Sigamos, Lince. No te preocupes. Sabemos cuidarnos.

-¿Por qué tenemos que venir aquí?

-Ya te lo dije. Para hablar con alguien.

-¿Con quién? ¿Con CONDOR?

-No. Con el jefe de ellos.

-¿De quienes?

-De los Vengadores Verdes.


La violencia del siglo XXI es irracional y terrorífica. Quienes pudieron evitarla a tiempo, eran los que vivieron a fines del siglo XX -gobernantes y gobernados, ricos y pobres, ancianos y jóvenes-.

Por entonces, se podía solucionar los problemas en forma racional y pacífica. La gente era relativamente mansa, aún cuando ya estaba desesperada.

Pero en vez de solucionar los problemas de las mayorías, y prevenir la violencia que brota de la desesperación, aquellos miopes ingenuos enterraron las cabezas en sus preocupaciones cotidianas inmediatas.

¿Creyeron que las mayorías miserables aprenderían eventualmente a comer aire? ¿Creyeron que un milagro divino purificaría el aire que respirarían sus hijos? ¿Creyeron que los acreedores de sus países recibirían la visita del espíritu de navidad, y perdonarían a sus hijos las deudas que sus padres contrajeron irresponsablemente a nombre del tercer mundo?

No. Peor aún: Ni siquiera se les ocurrió pensar en eso.

Dr. Roberto Durán

(Ministro de seguridad de Colombia el 2.025)

Vengadores Verdes

Ya eran las tres de la madrugada.

Alex jamás se había sentido tan inseguro. Parecía que en cualquier momento podían asaltarlos o asesinarlos como a la vieja. Miró con desconfianza a la gente que caminaba por aquella calle empinada y mugrienta. Muchos le parecían maleantes que podían atacarles. No había imaginado que barrios como esos existieran tan cerca de la ruta que seguía con su padre para ir al aeropuerto. No le había creído al capitán de la policía cuando declaró por la tele que hay lugares en La Paz a los cuales los policías temen entrar.

Los límites de su territorio habían estado siempre al sur de la avenida Mariscal Santa Cruz. Allá, Alex y sus amigos se sentían a gusto en las supertiendas luminosas y las heladerías de lujo. Entre los edificios brillantes y los restaurantes caros, su acento de la Zona Sur era bienvenido, y le abría las puertas. No lo ponía en riesgo de morir.

Caminó alerta, arrastrado por el río de pobres que cruzaban la plaza Garita de Lima, donde el tráfico de vehículos estaba prohibido porque había demasiada gente. Tres policías indígenas estaban parados en una esquina, sin uniforme, tratando de no parecer policías por miedo a las represalias. Estaban mal equipados para enfrentar cualquier problema, amedrentados por la masa humana que subía en dirección al cementerio antiguo.

Alex visitaba por primera vez ese otro mundo. Se aferró a lo único familiar y reconfortante que encontró. Apretó la mano de Viviana y caminó cerca de ella.

Un par de metros por delante de ellos, un niño de unos ocho años empezó a caminar junto a una anciana indígena (sin que ella se diera cuenta), fingiendo ante los otros transeúntes que era su hijo. Y en un momento de descuido, sacó la billetera del bolsillo de la mujer, y desapareció en un callejón oscuro.

Alex palideció, y revisó el cierre de cremallera del bolsillo de su casaca para asegurarse de que sus cosas estuvieran aún ahí.

-No vuelvas a hacer eso, -le dijo Viviana-. Se darán cuenta de que tienes algo valioso en ese bolsillo.

Alex apartó rápidamente la mano de su bolsillo. Suspiró nerviosamente, llenando sus pulmones de humo, olor de agua putrefacta y el aroma de alguna comida frita que alguien vendía en la calle. Sólo quería salir de allí, volver a casa... y olvidar que este barrio

("Alex, la mayor parte de las ciudades de Latinoamérica ahora son así", pensó Viviana)

existía tan cerca de los lugares que había frecuentado siempre.


-Aquí es, -dijo Lobo, y se colocó delante de ellos. Los guió hacia la derecha, y salieron con esfuerzo del río de gente. Lobo les hizo entrar a una enorme tienda en la cual se vendían toneladas de ropa usada. Alex notó que la mayoría de los clientes y vendedores eran muy jóvenes, y comprendió estremeciéndose que en realidad eran guardias. Intuyó que estaban fuertemente armados para custodiar una base de los Vengadores Verdes.

Así era. Todos ellos llevaban micrometralletas J 99 (la última versión, cien veces más mortífera que la tradicional y legendaria M-16) ocultas bajo sus casacas.

Cada una de esas micrometralletas podía matar 100 personas en 1 segundo si estaba en manos expertas. Y estas lo estaban. Aquellos chicos pobres de 13 a 18 años estaban bien entrenados, y manejaban la J 99 tan bien como el padre de Alex manejaba los controles de los computer games cuando tenía esa edad. Por entonces, chicos marginales como estos habían sido ignorados por la sociedad, y habían deambulado por las grandes ciudades robando para poder drogarse con inhalantes. Nadie se ocupaba realmente de ellos. Pero el 2.020, llegó la VV. Los reclutó en los basurales donde se alimentaban y en los puentes donde dormían. Los adoctrinó, les dio armamento de última generación, y los transformó en las huestes terroríficas de los Vengadores Verdes.

Lobo se acercó a una puerta de madera en el fondo de la tienda. Tres chicos que se encontraban cerca de él dejaron lo que fingían estar haciendo, y lo miraron de reojo mientras ponían sus manos derechas dentro de los bolsillos de canguros de sus casacas rotas y descoloridas. Alex tembló y una sensación de frío bajó por su nuca hasta su espalda, porque sabía que acababan de poner los dedos en los gatillos de sus micrometralletas, y estaban listos para matar.

Lobo no se dio por aludido y golpeó la puerta.

-¿Qué se le ofrece? -preguntó una voz desde adentro.

("Lobo, estás loco de remate, vámonos de aquí y no regresemos nunca, nunca, nunca más...")

-Soy Lobo, del grupo de CONDOR. Tres para ver a Wara.

La puerta se entreabrió, y Lobo hizo señas a Alex y a Viviana para que le siguieran. Ellos se acercaron.

La puerta se abrió con un chirrido y los tres pasaron a una habitación completamente oscura. La puerta se cerró detrás de ellos, y quedaron en la oscuridad. Alex encontró a tientas la mano de Viviana, y la agarró. Ella sintió que la mano de su chico estaba húmeda y sintió lástima por él. Alex vio pequeñas luces rojas (casi imperceptibles) que se movían frente a ellos, como ojos que los observaban en forma metódica.

("...no me sueltes Vivi, estoy aquí por causa tuya, no pensé que podía hacer tantas estupideces por una chica...")

De pronto, las luces de la sala se prendieron, y pudieron ver a cinco guardias que los apuntaban con sus micrometralletas. El mayor de ellos, un moreno que tendría unos 17 años (Alex notó que tenía la nariz aguileña y los pómulos salientes de "tara"), se sacó los lentes infrarrojos y ordenó:

-¡A la pared! ¡Abran los brazos y las piernas y apóyense a la pared!

Lobo y Delfín lo hicieron, porque sabían que ese era el procedimiento de rutina. Pero Alex se estremeció, seguro de que algo estaba marchando muy mal. Un chico de unos 13 años le puso el cañón de una micrometralleta en el cuello, y Alex obedeció las instrucciones rápidamente.

Durante cinco minutos o más, les revisaron a conciencia los bolsillos y los zapatos. Alex sintió primero frío, después calor, y al final solamente miedo. Tenía la nuca mojada por el sudor. Miró incrédulo que los guardias sacaban una metralleta del bolsillo de Lobo y la ponían sobre la mesa.

Finalmente, el mayor de los guardias, el que parecía estar a cargo, les dijo:

-Pasen. Wara los espera.

Entraron.


Era un gran salón iluminado de blanco y rojo, con un complicado panel de controles en forma de herradura instalado en el medio. Había diversos aparatos de radio, pantallas de televisión, antenas, teléfonos, mapas, computadoras de comunicación y emisores de microondas de alto poder. Zumbaba un fuerte ruido de estática en los oídos. Los micrófonos estaban amontonados sobre la consola, como en un taller de reparaciones radiotécnicas. Las luces en los controles de cuarzo, en los indicadores de diodos, en las pantallas digitales electrónicas y de circuito cerrado de televisión, proyectaban tonos rojos, verdes y azules sobre las paredes blancas. Había cientos de controles, palancas y botones, en muchos aparatos que Alex no conocía.

Hacía mucho calor ahí adentro.

Había cuatro cajas inmensas detrás de la consola principal, con dispositivos que servían para bloquear rastreadores de radio y UHF. ELLOS (los mercenarios de LA GRAN CORPORACION) siempre estaban rastreando como sabuesos, tratando de localizar a Wara, el líder de los Vengadores Verdes.

No podían atraparlo.

Al centro, en un sillón giratorio, se veía la silueta de Wara, un hombre de baja estatura, con facciones indígenas y rostro muy moreno. Al fondo había una bandera verde con la figura de un árbol, y a su lado estaba una bandera multicolor de los pueblos indígenas: una Wiphala.

El hombre de los controles, Wara en persona, les hizo una señal con la mano para que esperaran. Lobo asintió moviendo la cabeza.

("A Wara no se le contradice ni se le presiona, con Wara hay que tener mucho cuidado...")

Wara, desde los controles de su centro de comunicaciones, se puso los microauriculares y siguió escuchando alguna transmisión que llegaba desde algún lugar apartado del mundo. Una luz roja le indicó que otro mensaje estaba llegando por otra radio, y presionó un botón amarillo para indicar que también espere.

Wara habló fuertemente en un idioma extraño y gutural. Su interlocutor también hablaba a gritos porque la conexión no era buena. Solamente cuando unos segundos después se despidió diciendo algo que sonaba aproximadamente como "alsalamaleikun" Alex supo que Wara había estado hablando en Arabe. Wara presionó otro botón, y Alex se dio cuenta de inmediato de que ahora hablaba en Turco al escuchar algo que sonaba nasal, algo así como "Merjaba! Nsasan!"

Cuatro luces más se prendieron en la consola y Wara las puso en lista de espera mientras seguía hablando con alguien en Turquía. Rápidamente, presionó otro botón, y dijo algo así como "MOMENTJIE GEDULD, ALSTUBLIEFT". Alex conocía ese idioma. Era Holandés. Wara estaba pidiendo a alguien paciencia, que le esperaran un momento.

Los tres chicos permanecieron inmóviles y callados. Reconocían la mayoría de los idiomas que Wara estaba hablando, pero sólo podían entender su conversación en unos tres o cuatro. Para ellos, hablar varios idiomas era normal. Después de todo estaban en un colegio que muy posiblemente era el mejor de Sudamérica el año 2.025.

Alex hablaba Alemán, Inglés y Francés. También entendía algo de Japonés, pero ese idioma no le gustaba.

("me pone nervioso tener que leer de arriba para abajo")

De todos modos, la soltura con la que Wara hablaba 16 idiomas era impresionante, aún para Alex.

Viviana confirmó un momento después que Wara estaba hablando en Japonés cuando dijo algo que sonaba más o menos "WAKARIMASEN", y luego entendió toda la conversación que tuvo con algún lugar de Germania en Hochdeutch:

-Ja, ich weiss. Wir glauben, es war ein Erfolg. Wir warten noch auf die Waffen! Was machen Sie mit der Reklame? Ja, danke.

Para luego presionar otro botón y rugir al micrófono con acento del sur de Francia:

"Oui, Marseille. Ce'est fait! Au revoir!"

Y finalmente decir con perfecto acento del este de Nueva York:

"I know you guys are having trouble, but time is short, I repeat, time is short!"

Wara era el líder de los radicales doble V. La poca gente que le conocía de cerca decía que "no necesitas ni bibliotecas ni periódicos si tienes a Wara cerca de ti. Ese tipo, de alguna manera, se las arregla para saberlo todo. Es un individuo impresionante".

Wara tenía 22 años. Había nacido y crecido en Tiquina (un pequeño pueblo boliviano junto al lago Titikaka, una atracción turística), donde su padre tenía una lancha a motor, y su madre posaba con una llama para que los turistas le sacaran fotos.

(ou, ou, mi querer fouto de india pintouresca para mostrar mi sensibilidad y comphasión

yo rgegalar un dulce a india si se deja sacar foto por mi...

yo no sé para qué les muestran esos indios brutos a los turistas, hacen quedar mal a la gente buena de éste país; por Dios, podrían pensar que todos somos como ellos... )

Wara había ingresado a los VV cuando tenía 11 años, y había demostrado ser brillante. Desde sus 20 años, era el líder VV para la región de La Paz, y su poder era inmenso.


Wara puso otras cinco llamadas en turno de espera, y se dio la vuelta dirigiéndose a los dos chicos y a Viviana. Los miró atentamente, y dijo con calma y con un fuerte acento de la Zona Norte (con las "erres" silbadas y marcadas):

-Bienvenidos, Lobo y Delfín. ¿Quién es el amigo que los acompaña?

-Lince, -dijo Alex nerviosamente. Observó las "facciones de tara" de Wara con gran respeto, y pensó que podía ser hermano de su sirvienta por el parecido. Pero le tenía instintivamente un gran respeto. Ya no miedo. Respeto. Apartó rápidamente el cabello que le tapaba el ojo derecho para ver mejor a Wara, y quedó atento escuchándole.

-Bienvenido tú también, Lince. CONDOR de la AV es nuestro aliado. No compartimos ciertas ideas respecto a los métodos de lucha, pero estamos aliados en nuestros objetivos.

Alex jamás había escuchado con tanto respeto a alguien que hablara en un acento tan "tara de la Zona Norte de La Paz". Wara tenía una personalidad que le impresionaba. Alex comprendió que también tenía una gran rabia. Pero no era contra la gente de la Zona Sur. Era contra todos los adultos. Contra la generación del siglo XX.

-Traemos un mensaje de Cóndor, -dijo Lobo poniendo un disco óptico de computadora sobre una de las consolas.

-Gracias, Lobo, -dijo Wara, y se dirigió a Alex-: No se sabe mucho acerca de nosotros en la Zona Sur, Lince. Sé por tu acento que vienes de la Zona Sur. Los "Doble V" nos vengamos de la gente del siglo XX que aún vive.

Para Alex, eso no tenía sentido. Le sonaba tan absurdo como la idea de un skinhead neonazi generacional, que cazaba adultos igual que la SS cazaba judíos. El no consideraba tener motivos para vengarse. Pensó en su padre, pensó en el subdirector de su colegio y pensó en el aburrido profesor von Gutenmorgen. Todos habían nacido durante el siglo XX, pero no encontraba en ellos crímenes que justificaran una venganza al estilo de los VV.

Alex (como muchos estudiantes del colegio Europeo Germánico) tenía dos cosas buenas: Primera, que no se amedrentaba ante nadie; y segunda, que no aceptaba las cosas que no tenían sentido. No importaba que las dijera el presidente de Europa, Jesucristo o su papá. Si algo no tenía sentido, no tenía sentido. Punto.

-No entiendo por qué... se quieren vengar de ellos, -dijo Alex.

("a Wara no se le contradice, Alex, ten cuidado", le dijo Lobo con la mirada. "no importa, lo que dice no tiene sentido", respondió él también con la mirada.)

-Lo sé, Lince. Lo sé. Tú has pasado toda tu vida en un medio aséptico, aislado de gran parte de la información del mundo exterior. No puedes saber por qué lo hacemos. Voy a explicarte, -dijo Wara sin cambiar su tono calmado ni su acento de la Zona Norte.

Un sistema de multimedia se encendió detrás de Wara, y la luz disminuyó mientras su silueta baja se movía en frente de la pantalla que empezaba a mostrar imágenes y lugares del siglo pasado.

La voz de Wara se oyó calmada y firme:

-Atención, Lince: Te diré por qué matamos a todos los nacidos antes del año 2.000:


LOS MOTIVOS DE WARA

Aparecieron en la pantalla del centro de multimedia, informes de periódicos de circulación nacional y mundial, documentales de televisión, películas, libros, y revistas. Más medios de información de los que Alex había imaginado que existieran en el mundo; y todos daban un mismo mensaje. Un mensaje que llegó a todo el mundo millones de veces hacia fines del siglo pasado:

La vida en el mundo estaba siendo destruida. El hábitat humano estaba siendo seriamente dañado.

"Alrededor de la década de los 1980s, todos sabían que el planeta estaba haciéndose inhabitable para sus hijos. Los recursos que se terminaban, las selvas que se destruían, los desastres ecológicos... todo se sabía, pero nadie hacía realmente algo efectivo para frenar el desastre, Lince. Unos pocos científicos daban la voz de alarma, pero tampoco buscaban cambiar las políticas de sus países en forma realista.

("soy científico, no político", decían)

Muchos políticos del mundo querían aparentar que estaban haciendo algo respecto a la destrucción del medio ambiente, pero en realidad sólo buscaban una imagen de conciencia ambiental para ganar más poder. Había miles de informes acerca de la extinción de especies, de la superpoblación humana, del efecto invernadero y de la lluvia ácida. Una cosa es indiscutible: Todos sabían que nuestra generación viviría las consecuencias del desastre. Todos lo sabían. Pero no les importó. No les importó en absoluto."

Wara siguió hablando:

"Lince, tus padres han contaminado el mundo y han exterminado los recursos, aún sabiendo que tú tendrías las mismas necesidades que ellos para vivir. Eran tan egoístas que ni siquiera pensaron en lo que estaban haciendo. Tú no lo puedes saber, porque esas cosas no se saben en la Zona Sur, pero LA CORPORACION lo sabe perfectamente: El río Choqueyapu, aquí en el centro de la ciudad, contiene desechos radiactivos, pero nadie te advierte que te alejes. El humo que respiras contiene plomo, y tienes un TREINTA por ciento de probabilidades de que tus hijos nazcan deformes, Lince. Tú te sientes bien, pero tus genes están siendo dañados. Todo por la inocencia y la negligencia de nuestros padres y abuelos, los nacidos antes del año 2.000. Y los canales de televisión no te dicen toda la verdad, porque ahora están en manos de LA CORPORACION.

Wara siguió hablando:

"Nuestros abuelos toleraron la corrupción y la estupidez de nuestros gobernantes. Esa corrupción nos desangró completamente, Lince. Todos ellos tuvieron la culpa. No solamente los que eran corruptos. También los que permitieron la corrupción calladamente. Dejaron que otros países nos impusieran "sus" sistemas de gobierno. Esos sistemas de gobierno, hicieron que la corrupción pareciera legítima. Y nuestros abuelos, en la última década del siglo veinte, lo permitieron: desangraron a este país junto al resto de los países pequeños, y condenaron a sus hijos. NOS CONDENARON A TI Y MI, Lince. Y A TU CHICA Y A TUS HIJOS QUE TODAVIA NO HAN NACIDO. Fue culpa de "ELLOS" Y DE NUESTROS PADRES y ABUELOS, QUE SE DEJARON ENGAñAR. NOSOTROS NO LES IMPORTABAMOS. NUESTRA VIDA NO LES IMPORTABA. POR ESO, SUS VIDAS AHORA NO NOS IMPORTAN. TODOS LOS NACIDOS ANTES DEL 2.000 DEBEN MORIR, LINCE, DEBEN MORIR... TODOS ELLOS TUVIERON LA CULPA. LOS QUE NOS HICIERON ESTO Y LOS QUE LO PERMITIERON. TODOS. ¿Comprendes Lince? SI ELLOS QUERIAN VIVIR EL DIA SACRIFICANDO EL FUTURO, POR LO MENOS DEBIERON SER LO SUFICIENTEMENTE RESPONSABLES COMO PARA NO TRAER HIJOS AL MUNDO, para que tengan que habitar EL BASURAL QUE DEJABAN. Y como ves, Lince, durante la década de los 90, ellos sabían lo que estaban haciendo. Sabían del recalentamiento global, sabían de la capa de ozono, sabían de los desechos radiactivos, lo sabían... Y no hicieron nada SERIO para remediar el PROBLEMA. Nada. Fueron ellos quienes nos condenaron a muerte, Lince. AHORA LOS VENGADORES VERDES SOLO BUSCAMOS JUSTICIA: Todos los nacidos antes del año 2.000 deben morir. Ese es el primer paso para emprender la reconstrucción: ERRADICARLOS DEL MUNDO. Y ESCUCHA BIEN, LINCE: Los jóvenes estamos a punto de jugarnos el todo por el todo. ALGO MUY GRANDE ESTA POR SUCEDER, y EL EPICENTRO SERA LATINOAMERICA. SI TODO SALE BIEN, LOS JOVENES TOMAREMOS EL CONTROL y TRATAREMOS DE REMEDIAR LOS DAñOS OCASIONADOS POR LA NEGLIGENCIA DE NUESTROS PADRES. NOSOTROS TRATAREMOS DE DEJAR A NUESTROS HIJOS UN MUNDO EN EL QUE PUEDAN VIVIR MEJOR... SI TODAVIA PODEMOS TENER HIJOS. Necesitaremos tu ayuda, Lince. Necesitaremos la ayuda de todos los jóvenes. Esa es nuestra última esperanza."

Wara se dio la vuelta y presionó un botón que parpadeaba. Se acercó al micrófono y dijo: "¡Buona sera!"

Lince, Delfín, y Lobo comprendieron que era hora de irse. Salieron en silencio, y volvieron a sumergirse en el mar de gente pobre que se dirigía a la plaza Garita de Lima.


A Alex no le importó que reconocieran su acento de la zona sur.

-No le creo. Tal vez algunas cosas. Pero no creo que nos engañen así.

Lobo miraba al frente. La calle oscura se abría como un abismo frente a ellos. Su voz era diferente (más madura) cuando habló:

-Todo es verdad, Alex. Piénsalo. Es la única explicación para muchas cosas.

Alex lo miraba en silencio.

-Por eso hay vengadores por todas partes, Alex. Muchos ya lo saben. Las cosas están peor que nunca, Lince... Y me da rabia, hermano... Me da rabia... porque no es mi culpa haber nacido en este asqueroso basurero... Ahora, nosotros tenemos un 30% de probabilidades de tener hijos deformes por la contaminación. Yo... yo no voy a tener hijos, Alex. Es demasiado arriesgado. Pero no es justo.

Lobo cerró sus puños. Apartó los cabellos castaños de su cara. Parpadeó para que Alex no pudiera notar que había una lágrima asomándose a uno de sus ojos.

Por un momento, Lobo pareció un herido de guerra, un inválido que había perdido algo más valioso que una pierna en una guerra injusta.

Alex lo miraba en silencio. Demasiada información nueva, y poco tiempo para asimilarla bien.

Pero algo resonaba en su mente:

"ALGO MUY GRANDE ESTA POR SUCEDER, Y EL EPICENTRO SERA: LATINOAMERICA 2.025..."

Puso su brazo izquierdo alrededor del cuello de Lobo, y tomó la mano de su chica con su mano derecha.

No lo dijo, sólo lo pensó:

"Chicos: Estamos vivos todavía, tenemos que triunfar para vivir, y nadie podrá detenernos. Pelearemos juntos por nuestro futuro... No culpen a "sus viejos". Ellos eran ignorantes, pero no eran malos. Lo hicieron sin querer. Lo que pasa es que en sus tiempos no pensaban. Nadie les enseñaba a pensar.

Y Wara: Mi "viejo" es buena gente. Ignorante, pero buena gente.

Y TE JURO , WARA, QUE NO HARAS DAãO A MI PADRE MIENTRAS YO ESTE VIVO..."


...ya se que te tienen miedo en todo el mundo. pero jamás, Jamás, debiste meterte contra LATINOAMERICA...

Lince

El término "normal" es incorrecto cuando se aplica a la personalidad humana. Nadie es realmente "normal". Sin embargo, es aceptable el término de "ADAPTACION" al medio en el que vivimos.

En lo que respecta a la AV, no nos interesa la ayuda de gente muy "adaptada al medio social latinoamericano", porque esa gente tiene grandes dificultades para desenvolverse e interactuar en medios diferentes al propio. Los "bien adaptados a la sociedad latina" que se ven obligados a afrontar cambios de residencia, cultura o situación (por ejemplo por motivos de estudio o trabajo) sufren el shock del cambio mucho más que los "no adaptados". A causa de su torpeza, los latinos típicos, se ven forzados a formar grupos y barrios hispanoparlantes en los cuales predomina la pobreza y la conciencia colectiva de ciudadanía de segunda o de tercera clase. Ellos no nos sirven para nada.

Son los "no adaptados", quienes tienen mayor facilidad para sobreponerse en situaciones nuevas. Los "no adaptados a la sociedad latina" tienen en realidad más recursos sociales, resistencia y flexibilidad. Ellos nos llevarán a controlar el mundo. El futuro será de los "no adaptados".

HALCON

Los que cambiarán el Mundo

Esa noche, Alex Ríos durmió mal.

Primero sintió calor, después frío, y después otra vez calor (y no era por las frazadas electrónicas).

Wara. Los Vengadores Verdes. La AV. Cóndor.

El edificio del canal de televisión estallaba como un inmenso vaso quebrado, y él aparecía despierto sentado en su cama, con el corazón sonando como un tambor en la oscuridad. La espalda mojada.

(MURIO gente. MURIO gente. MURIO gente.)

Por primera vez dudó de Viviana, y de lo que ella le había dicho aquella tarde en que hablaron por horas,

(cuando la llevó a pasear al "Valle de la Luna" para ver morir el sol entre las extrañas torres de arcilla que parecen un paisaje de otro planeta)

y se quedaron charlando hasta las diez de la noche. Ella le había hablado de la vida en el mundo, de su generación, y de la gran causa que su grupo tenía. Al principio, Alex sólo quería "arreglarse" con ella y escuchaba lo del grupo sólo para caerle bien a Viviana. Pero poco a poco se fue interesando en lo que ella le decía.

Al comienzo, Vivi no lo tomaba muy en serio (Alex siempre estaba rodeado de chicas). Vivi pensaba al principio que les contaba a todas la misma historia: "Éme gusta salir contigo, Vivi, me gusta muchoÉ"

Alex la acompañó a dejar las bombas de mercurio esa noche para que lo tomara en serio, para que ella se convenciera de que él estaba de verdad interesado (Vivi, Vivi). No se dio cuenta de lo que hacía. Sólo quería arreglarse con Viviana porque ella era lo único que le quedaba.

Alex se sentía realmente solo.

Y el hecho es que si Vivi lo abandonaba, él se destrozaría como un cristal lanzado contra una piedra.

Antes, él era "popular". Su papá tenía dinero y él tenía amigos para dar y regalar. Su casa parecía un club social de chicos de su colegio. Pero ya no más. Alex era el mismo, se sentía igual que siempre, pero por algún motivo, los otros chicos ya no lo "tragaban". Lo que le estaba pasando no era justo. No era justo.

Decidió contarle todo a su padre (incluso lo del "grupo"). Pero cambió de parecer en un minuto. Su padre era tan... ilógico. No sólo él. Toda la gente de su edad parecía incapaz de analizar los problemas con lógica. Eran emocionales, se preocupaban más por agradarse unos a otros que por razonar y pensar en cosas importantes. Decían que cuando ellos eran jóvenes, lo que más les interesaba era ser populares. Alex veía la miseria y el desastre ecológico de cerca. También veía con claridad las causas y las soluciones. Pero su padre, por alguna razón, era incapaz de analizar. Confundía los problemas, y creía todo lo que decían sus superiores y las autoridades. Alex no entendía a su padre.

Revolcó en su cama sin poder dormir, y el calor estuvo de nuevo a punto de asfixiarlo. Se sentía sólo. "El más solitario del mundo".


Viviana Centellas cerró y apagó su microcomputadora, en la que había estado leyendo un disco CD Interactivo que se había prestado de la biblioteca del colegio: "EL PESO DE LOS ATOMOS DETERMINARA UN NUEVO BIG BANG".

(Novas, cuasares, el efecto de Doppler, la Teoría Cosmológica... la vida en el universo...)

Sacó la lámpara de la cama y la puso sobre el velador al tacto, porque la habitación estaba oscura. Lo importante era que su tía no se diera cuenta de que había estado leyendo. Su tía desaprobaba la lectura de libros "profundos".

((Su tía le había dicho ceremoniosamente:

-Hija, lo que importa es que tú te cases. Eres una chica latina, viviendo en un país latino y tienes que aprender las reglas. Primero, tienes que saber que a los hombres les gustan las chicas tontitas y bonitas. Tienes que ser como a ellos les gusta, hijita. Tienes que ser tontita y ponerte bonita. Te voy a dejar que vayas a la universidad, pero sólo para que busques al chico con el que vas a compartir tu vida. Tiene que ser de familia buena y tradicional. Entre tanto, vas a ir a un buen colegio para que te "hagas ambiente" con la "gente bien".

Viviana había puesto una chistosa cara de boba y le había preguntado a su tía en voz de "opa":

-¿Así de tontita está bien, tía?

Su tía había levantado la nariz y había salido del cuarto murmurando que la chica ya aprendería las realidades de la vida.

Viviana miró a la señora salir de la habitación, pensó sonriendo sóla: "pobrecita la vieja imbécil, es tan estúpida que enternece", y volvió a su libro "El Hombre y el Universo, Origen de Materia Orgánica en la Via Lactea".

Sonó el teléfono.

Era su papá, que llamaba desde Santa Cruz. Quería hablar con ella.

Viviana le hizo señas a su tía de que no estaba, y pensó mientras su tía hablaba por teléfono:

"Hipócrita, les dijiste tres veces "hasta que la muerte nos separe", lograste deshacerte de mí, yo te estorbaba para la cuarta vez. Me mandaste con la vieja imbécil que piensa que todos debemos ser imbéciles como ella. Qué raro que no me pusiste a uno de esos colegios en los que te dicen cómo vestirte y hasta cómo peinarte. Tal vez así habrías logrado que me conviertan en una tarada, entre tarados, a cargo de tarados que te dicen todo lo que debes hacer.

Si este país está arruinado, y nada funciona bien, papi, ¿por qué la gente sigue haciendo las cosas igual? ¿por qué respetamos a los viejitos si estamos arruinados a causa del fracaso de su generación? ¿por qué crees en los curas, papi? ¿no te parece que para creer en las cosas que ellos creen en pleno 2.025 tienes que ser un retrasado mental? Yo no soy hipócrita como tú, papi. Yo peleo por lo que está bien. Yo no me voy casar para repartir hijos por el mundo, si el mundo es una porquería gracias a ti y a tus amigos. Estamos arruinados porque tus amigos hicieron política sólo para cuidar su dinero, porque saquearon lo que nuestra generación necesitaba para vivir, porque se vendieron a las potencias por una limosna y nos endeudaron para toda nuestra vida. Tú lo sabías, papi, pero entre tanto ibas a beber con tarados, jugando juegos estúpidos de dados y riendo de chistes para retrasados mentales. Tu esparcimiento que necesitabas tanto. Tus "viernes". Tú no tienes autoridad moral para decirme cómo voy a vivir, papi. No tengo por qué rendirte cuentas. Sólo me queda la AV. Salvaremos al mundo a pesar de ti y de tu generación..."

Su papá vivía ahora con su cuarta esposa y la nueva madrastra no tragaba a Viviana "por nada del mundo", así que se la mandaron a la tía rica (al otro lado del país) en el primer vuelo.

Pero a ella, su padre no le afectaba en lo más mínimo.

Lo que sí le afectaba era el hecho de que la tía parecía tener razón. Algunos chicos de su colegio (los más populares) se sentían intimidados cuando ella hablaba de cosas que nada tenían que ver ni con "ser tontita" ni con "ponerse bonita". Sí, habían excepciones, pero no muchas. Era decepcionante.

Hasta que conoció a Alex Ríos del curso paralelo. Ya lo conocía de vista, pero nunca había hablado con él hasta aquella tarde a la salida del colegio un tiempo atrás. El tenía algo diferente, y parecía entenderla tal como ella era.

Al principio, ella se propuso no tomarlo muy en serio, porque le pareció obvio que el tal Alex Ríos era un don Juan que tenía chicas para dar y regalar. Además (y sobre todo), él era simplemente otra misión de Cóndor. El típico perfil psicológico de alguien que se puede reclutar para la AV. Ella lo sometería al tratamiento de siempre: seducirlo primero y reclutarlo después. Simple rutina.

Pero pronto se dio cuenta de que Alex era un náufrago solitario y de que el

("¡qué lindo es este chico...!")

"náufrago" iría hasta el mismo infierno por ella (LO CUAL ERA MAS O MENOS LO QUE ESTABA A PUNTO DE HACER -el grupo, la causa, la Gran Ofensiva-), y por primera vez en su vida, Viviana vibró por un chico. Vibró de verdad.

Viviana había entrado en contacto con "el grupo" un año antes, y en él había encontrado desafíos verdaderos, y esperanzas de salir de la vida que su tía tenía preparada para ella.)

("Si supieras dónde he estado durante las últimas seis semanas te daría un ataque, tía. Un ataque."))

Viviana sonrió en la oscuridad y trató de pensar en cosas más lindas.

Se esforzó mentalmente por ver la cara de Alex en las manchas de luz que la lámpara parecía dejar dentro de sus ojos cerrados.

Empezó a rugir una tormenta.


A las 3 de la madrugada, en la calle 25 del barrio de Calacoto -zona sur de La Paz-:

-Eres un Kewa -le dijo Tabo a Daniel Bravo-. No te atreves porque tienes miedo.

-No es eso, -dijo Daniel-. Lo que pasa es que no quiero.

-Kewa.

-Mátate tú si quieres. Yo no voy a hacerlo.

-Kewa.

-Si me vuelves a llamar "kewa", te rompo la cara.

-Kewa.

Daniel saltó sobre Tabo y tuvo que venir Vinchuca a separarlos.

-No se peleen. Déjalo, Tabo. El Danny no quiere y ese es su problema. Ahora vas tú.

Tabo empujó sus lentes con el dedo índice sobre su nariz hasta colocarlos en su lugar, se sacudió la ropa, y miró a Daniel con desprecio.

Se tomó el último sorbo de la lata de cerveza, y la botó al asiento de atrás de la camioneta. Luego hizo rugir el motor eléctrico, miró para adelante, y apagó los faroles mientras decía:

"Atención, Damas y Caballeros... El gran TABO está una vez más de cara frente a la muerte. La multitud ruge mientras su héroe se apresta a desafiar a la muerte una vez más... EEEEJJJJJJJJJJJ... -(Eso último era el estruendoso aplauso de una multitud, según Tabo.)- ...y está listo para lanzar su poderosa camioneta hacia el peligro en este mundial de ruleta rusa de autos... EEEEEJJJJJJJJ."

-Cállate y anda de una vez, -le dijo Vinchuca.

-Eres un imbécil, -murmuró Daniel.

Tabo fingió que no había escuchado el insulto de Daniel. Miró al frente, cerró los ojos, se apoyó sobre el volante... y aceleró a fondo.

Las ruedas chillaron en el cemento y salió un olor a goma quemada de las llantas. La camioneta partió como un meteoro, y entró a la avenida Ballivián desde la calle 22. La cruzó como un bólido. Tabo, al volante, aún tenía los ojos cerrados y no podía saber si chocaría con otro carro. Esa era la emoción de la ruleta rusa de autos que jugaban por entonces los del curso de Alex.

Un auto anaranjado hizo una maniobra rápida y desesperada para esquivar a la camioneta de Tabo. Por un instante, Daniel palideció pensando que chocarían. Estaba seguro de haber visto la expresión de sorpresa y terror en el rostro de la mujer de cuarenta años que estaba al volante del auto, cuando pasó bajo la luz azul de las luminarias de helio. El auto se detuvo en seco con una rueda sobre la acera, y se oyó llorar a un niño dentro del vehículo.

Tabo no vio ni escuchó nada. Pero se alejó de allí por el momento por si alguien llamara a la policía.

-Son unos imbéciles, -dijo Daniel.

-Eres un aburrido, Danny. Eres peor que mi mamá. Si no te gusta lo que hacemos no salgas con nosotros, ¿estamos? -dijo Vinchuca.

-Tengo que irme, -dijo Daniel friamente. Se subió a la camioneta amarilla de su papá, y cerró la puerta.

Vinchuca ignoró a Daniel. Daniel partió y se fue a su casa.

Ya eran más de las tres de la madrugada, y Daniel no tenía ganas de seguir a esos dos por toda la Zona Sur. Ya tenía sueño. Además llegó a la conclusión de que eran unos imbéciles y no le caían bien.

Se había juntado con ellos porque también fumaban pasto. Pero se volvían locos cuando estaban un poco chispeados. Peor si se "cruzaban" con cerveza. Daniel les había seguido la corriente por un par de horas, pero después se había aburrido de arriesgar su vida en estupideces como la ruleta rusa de autos. Eran unos imbéciles. Punto.

Daniel sentía que su mente volvía a la normalidad y tenía unas ganas increíbles de tomarse un refresco. Cerveza no, porque le caía mal cuando la cruzaba con pasto. Alguna soda estaría bien.

"Papá, si supieras que saco tu camioneta mientras estoy volando, ya no serías tan buena gente. Tú no entenderías. Tú no sabes lo que es nuestra vida. Tú no has sido joven el 2.025. Tú no sabes lo que es tener 16 años y mirar al futuro, y ver sólo mugre y miseria. Y para mis hijos (cuando nazcan algún día), más mugre y más miseria. Con todo el dinero que ustedes, los viejos, se han prestado a nombre del país, papi, yo debo hasta mi alma a los bancos internacionales. (Y mis hijos también.) No te enojes conmigo por fumar pasto, papá. Te prometo que no lo volveré a hacer mientras manejo tu carro. Te prometo que trataré de no hacerlo más. Te prometo que si los PROTECTORES triunfamos, nunca más fumaré esta basura. Entonces habrán esperanzas para mi generación. (Y para mis hijos.) ¿Qué puede hacer un chico de 16 en la porquería de mundo que nos han dejado ustedes, los del siglo XX? ¿Casarse y traer al mundo hijos endeudados de por vida para que respiren el humo hediondo y vivan en la miseria del tercer mundo? ¿Qué puedo hacer en la vida, papá? ¿No te das cuenta de que el pasto es para mí lo mismo que la ruleta rusa de autos es para esos imbéciles con los que salí esta noche? ¿No te das cuenta del desastre que vive mi generación por culpa de la tuya, papá? ¿No te das cuenta de que muchos estamos buscando un pretexto para matarnos?"

El mundo dejaba de girar en cámara lenta mientras Daniel se acercaba a su casa. La música se había terminado rato antes. ¡Qué mal le caían los dos imbéciles que había conocido esa noche!

Pero el que le caía peor era el tal Ríos que a veces andaba con ellos.

Y ahora Cóndor lo ponía justamente a él en su "manada" de PROTECTORES. Eso sí que era mala suerte.

Daniel abrió la puerta de garaje a control remoto, y metió la camioneta.

Pepe (su papá) estaría a esa hora volando sobre París. Pepe era piloto de las Lineas Aéreas Bolivianas, y como viajaba mucho, Daniel estaba acostumbrado a vivir casi siempre solo.

Daniel subió a su habitación, y se metió a la cama en calzoncillos.

Daniel (Tigre) sabía que tendría que partir para la segunda fase de su entrenamiento con "EL GRUPO", y esta vez sería definitivo.

Su padre también lo sabía.

(Su padre era el único que parecía entender. Daniel no cambiaría a "Pepe" por nadie.)


Marco Delgado (Lobo) metió una tarjeta magnética al aparato azul que decía "espacio" y entró en él. Se puso el casco azul luminoso que estaba colgado del techo de la cabina, y se prendieron varias luces de colores. Cerró la puerta y se sentó en el "Pilot Seat".

Dentro del casco, apareció la imagen del sistema solar en realidad virtual (una micropantalla para cada ojo, visión estereoscópica, sonido holográfico, realismo total), y Marco sintió que despegaba de la base "Luna" a una velocidad increíble (según los indicadores fotónicos, casi la velocidad de la luz), y vio pasar a Saturno cerca de él (casi se descuida y se choca con una de las lunas). El juego electrónico de realidad virtual daba la auténtica sensación de tripular una bala que viajaba por el espacio a la velocidad de la luz.

Marco también había dormido mal la noche pasada, así que estaba cabeceando cuando pasó junto a Plutón.

Sintió rabia por lo que le habían hecho el día anterior los de su curso. También estaba preocupado por el Lince. Alex no lo sabía, pero le caía bien a Marco (Lobo) aún cuando no se conocían realmente.

("Alex no se deja, NO SE DEJA")

Pero Alex no parecía del tipo que funcionaría bien entre los PROTECTORES. Además, era obvio que estaba en el grupo sólo por complacer a su chica.

Marco pensó en lo que le habían hecho el día anterior y en la mala noche que había pasado:

((Marco estaba todavía despierto, a las tres de la mañana, metido en el baño junto a su cuarto, mirando su espalda al espejo. No podía sacarse la pintura. La piel ya le dolía de tanto frotarse, y la pintura no salía con nada. Al día siguiente tenía clases de natación, y todos verían la pintura en su espalda. Se sentó desesperado en el suelo frío, y se tomó la cabeza con ambas manos.

No sabía qué hacer.

Volvió a mirarse al espejo con la esperanza de que no se notara la pintura, pero se notaba perfectamente. Eran unas letras grandes pintadas en azul y rojo. Decían: "KEWA" (era la palabra de moda para "marica" en la zona sur de La Paz).

Su rabia era tan grande que se sintió furioso consigo mismo.

Tenía quince, y era el más pequeño de su curso. Los abusivos no lo dejaban en paz.

Seis meses atrás, había estado tratando de conseguir pasto porque necesitaba huir de todo, incluso de sí mismo. No lo consiguió. Pensaba por las noches que sería mejor colgarse de la viga que había junto a su puerta y evadirse de sus problemas definitivamente. Lo intentó, pero no sabía cómo hacer el nudo. Volvió a su cama y quedó despierto mirando al techo. Era un fracaso total... hasta para eso.

Fue entonces que "el grupo" lo contactó. En seis semanas, Marco pasó primero por el infierno, y luego por el séptimo cielo. Primero quiso morir, y luego "alucinó" como nunca antes en su vida:

(La tecnología, la propaganda, el poder, los secretos de la mente humana. Aguila, el campamento 22, el infierno y las endorfinas. El poder. La J 99, los trajes de combate, las minidums que rastrean a su presa. Increíble poder. La adrenalina, el riesgo, la muerte, la vida, el sentido de las cosas. El superhombre. El Marco que eliminaría a los cinco abusivos del curso en un microsegundo. Al imbécil que los dominaba primero, y a sus cuatro perros falderos después. Pero eso no puede hacerlo aquí. Eso es para las misiones.)

Cuando volvió del campamento 22, Marco estaba diferente, seguro de sí mismo, y hasta fanfarrón. Su situación mejoró mucho: se hizo activo. Para la fiesta del colegio, a su curso le tocó organizar la "taberna de cerveza germana", y el que llevó la batuta y lo organizó todo fue... Marco.

Las opiniones acerca de él quedaron divididas: La mayoría del curso decidió aceptarlo, pero una minoría de los abusivos de siempre decidieron que le harían la vida imposible hasta el final.

La mañana anterior, le habían esperado en el baño. En cuanto entró, cerraron la puerta y la aseguraron por dentro. Luego, dos de ellos le tomaron por los brazos, y otro le rompió la ropa dejándolo con la espalda al descubierto. Escribieron insultos por todo su cuerpo y hasta en su cara. Al final, uno de ellos sacó el marcador imborrable y le pintó las cuatro letras en toda su espalda: KEWA.

Marco logró lavarse todos los insultos escritos con tinta en su cara y en su cuerpo. Todos menos las letras grandes de su espalda que no se podían borrar con nada: KEWA.

Marco volvió a su cama resignado. Las letras de su espalda no se borraban.

Se odió. Se autocompadeció. Se dio asco. Quiso morirse (otra vez). Se dejó.

Sabía que Alex se pelearía con diez, y hasta podría ir a dar al hospital, pero NO SE DEJABA. Incluso quiso hablarle el día que se lo estaban llevando a pelear con un grandote:

("NO TE DEJES, ALEX, NO TE DEJES, MUESTRALE A ESE ABUSIVO")

Pero no lo hizo. Dejó que Alex creyera que todos estaban en su contra.

Marco se puso los auriculares de la grabadora holográfica, y subió el volumen a "10". Sonó la música de GENERATOR, y un diluvio de sensaciones de energía y placer lo barrió todo en su mente.

Su padre odiaba la música de GENERATOR, y eso la hacía tres veces más fabulosa para Marco.

Su padre: Bien intencionado, pero patéticamente ignorante en psicología. Siempre terminaba empeorando las cosas para su hijo.

La música le produjo una rara euforia, y una cierta sensación de tipo sexual

(¡VIVA GENERATOR...!)

que lo llevó a pensar en cosas más agradables.

Se preguntó qué habría hecho Alex en su lugar. Sólo conocía a Alex de vista, pero hubiera querido ser como él. Alex no tenía problemas estúpidos con sus padres ni con los de su curso. A Marco, Alex le parecía no sólo "un" chico perfecto. Le parecía "el" chico perfecto.

De pronto, Marco se levantó sobresaltado. No podía ser. No podía estar ocurriendo lo que él estaba pensando. Era imposible. Pero...

(Ultimamente, no podía sacarse a Alex de la cabeza. Le interesaba saber lo que Alex hacía. Cuando Alex fue con ellos al Alto, Marco se puso tan nervioso que casi se olvidó de conectar el detonador de nitrato.)

Marco palideció. Se sentó al borde de su cama y se tapó la cara con ambas manos.

"Eso sí que no me puede suceder... No puede ser... No quiero por nada del mundo ser... uno de esos. POR NADA DEL MUNDO."

Trató de pensar en otras cosas.))

PERO ENTRE TANTO, MARCO (LOBO) YA ESTABA PASANDO POR LA ESTRELLA SIRIO A LA VELOCIDAD DE LA LUZ.


ES FACIL CRITICAR LOS ERRORES DE OTROS. LA PREGUNTA ES: ¿QUE ESTAS DISPUESTO TU A HACER REALMENTE?

¿CUANTOS SACRIFICARIAN SU VIDA NORMAL Y FELIZ POR UN IDEAL?

ALBATROS

Decisiones

Al día siguiente, la vida volvió a la normalidad: Lobo se convirtió de nuevo en Marco, Delfín volvió a ser Viviana, y Lince se transformó nuevamente en Alex.

Alex se copió la tarea de Estudios Sociales (que más parecía una lección cívica de Europa) y tuvo que soportar a Tabo (que le tiraba pedazos de papa frita en la cara) sin defenderse. Si se ponía a jugar con Tabo no terminaría de copiar la tarea a tiempo y valía como examinito ("¿a quién le importa lo que es una Fussgaengerzone?").


El profesor ya está entrando y también está con cara de pocos amigos. El profesor de Estudios Sociales es Herr Hermann Herz, y es el germano del colegio que tiene más "sensibilidad social". Siempre anda por ahí contando que comparte la mesa con su servidumbre durante la cena.

Pero Roco observa que después del postre, la servidumbre vuelve a ser la servidumbre. Y además, que este profesor no quiere pagarle a su servidumbre boliviana lo que le tendría que pagar si estuviera en Germania, aún cuando a él le pagan sueldo Europeo -doce veces el sueldo de sus colegas bolivianos-).

Al principio del año, este profesor había comentado en tono de profeta al empezar una de sus clases (esta era la imitación de Vinchuca que reía de aquel discurso de Herz):

"El pgoblema de esthe país y de todo Latinoamégica es que hay muchjos difegencias entre el rico y el pobre. El rico debe compaghtir con el pobre y pgoblemas de tercer mundo serían solucionados, ya?"

A lo que Roco, el capitán del equipo de fútbol del curso (que tenía poca paciencia para escuchar a los Robin Hoods de su colegio) había respondido:

-Mire, Herr "H": Si los ricos tienen que compartir con los pobres, entonces mandemos una carta al presidente de Europa para que su país rico, comparta lo que tiene con mi país pobre, y así solucionamos los problemas. ¿Estamos?

Eran tiempos de grandes cambios en todo el mundo y los jóvenes ya no tenían confianza en lo que los adultos les decían. Los resultados del sistema de los adultos eran un desastre. Los jóvenes cuestionaban la autoridad, los valores, las religiones, las tradiciones, las ideologías, la autoridad de los profesores, todos los métodos y todo lo que se cruzara por su camino. Si era necesario, también cuestionaban a los que cuestionaban esas cosas. Eso hacía temblar de miedo a las madres de familia

("hijito yo no te entiendo, nosotros no éramos tan rebeldes en colegio...")

y también hacía temblar a los servicios secretos de LA CORPORACION.

(Lobo: "Es verdad, nuestros padres y abuelos se dejaron engañar por ELLOS. Nosotros no somos tan tontos".)


Después les tocó Biología con Herr Casto, un profesor latinoamericano que se había formado totalmente "al estilo latino" y que todavía no encontraba su lugar en aquel colegio de gente "diferente" que lo amedrentaba.

Alex levantó la mano pidiendo la palabra, y Casto sonrió con satisfacción al ver que sus alumnos se interesaban y participaban en su clase.

-Dígame señor Ríos.

-Oiga, Herr Casto, ¿es cierto que la gente de mi generación tiene un 30% de posibilidades de tener hijos deformes por la contaminación?

-Su pregunta es interesante, señor Ríos. Yo pienso DE que eso depende de múltiples factores. Sin embargo, eso no resulta pertinente al tema de la clase de hoy, así que continuamos analizando la anatomía del pinguino.

Paola (siempre compasiva con los oprimidos y los débiles) miró furiosa a Alex. Esa mirada significaba:

"¿Por qué le preguntas a él esas cosas? ¿No te das cuenta de que el pobrecito idiota no sabe nada?"

Alex se encogió de hombros disculpándose.

(más vale que le lleve la pregunta al doctor Molina, el otro profesor boliviano de Biología que sí sabe las respuestas a lo que se le pregunta... además, por lo menos sabe hablar: no "piensa DE algo"; "piensa algo")


En el primer recreo, Alex fue a su casillero para recoger las instrucciones de CONDOR. Abrió la puerta marcando su clave en la cerradura. Adentro había un sobre que él no había puesto ahí. Sabía que lo mejor era que nadie más lo viera, así que lo dobló, lo metió a su bolsillo, y lo olvidó hasta más tarde.

Pasó el tiempo con su chica Viviana y saludó a su nuevo amigo Marco del curso paralelo (Lobo). Luego se fue a la cafetería y se robó un dulce (sólo porque sí, su papá tenía dinero, así que robar un dulce fue algo que simplemente le dio la gana). Pasó el recreo de 15 minutos y Alex tuvo que volver al curso. Le tocaba Literatura Contemporánea con la señora Jacobs.

Alex estaba sentado en su sillón en la parte de atrás del curso, con la mirada fija en un garabato que él mismo había dibujado la semana anterior en la mesa (decía "ALEX 2025" en unas letras cursivas que le había enseñado a dibujar Viviana). Sus pensamientos parecían estar muy lejos del noveno "B" y de las realidades de su colegio. Jacobs lo miró y se dio cuenta de que a pesar de que a primera vista era el Alex de siempre, había algo en él que era diferente. Había algo nuevo en su mirada, algo que no estaba antes ahí. Jacobs miró la cara preocupada y distraída de su alumno, sus ojos cafés, uno perdido en algún lejano pensamiento, el otro perdido detrás de los cabellos negros y brillantes que le cubrían la frente y el ojo ("¿en qué planeta estará?", pensó).

Frau Jacobs tuvo que empezar la clase y quedarse con las dudas. Discutieron una historia de fantasía que tenía un mensaje acerca de la superpoblación mundial. Luego escucharon música clásica del folklore Boliviano y analizaron las letras de las canciones.

Ella les explicó que la música autóctona casi se había perdido para siempre cuando las superpotencias, a través de los medios de comunicación audiovisual, impusieron la "cultura latina" en Bolivia al mismo tiempo que en los otros países de América Central y del Sur. La pérdida de la diversidad cultural en ambos continentes durante la última década del siglo XX había sido el mayor desastre para estos pueblos desde la conquista. Las naciones de toda Latinoamérica habían perdido sus identidades y se convirtieron en presa fácil para los aparatos de dominación ideológica de LA GRAN CORPORACION. Mientras las masas inocentes de latinoamericanos se identificaban con los barrios bajos de Los Angeles y Miami, la Gran Corporación tomó el control total de su opinión pública a través de los grandes canales de televisión.

Pero Alex estaba distraído. Pensaba en WARA y en CONDOR. Pensaba en las palabras de Lobo, que había decidido a sus quince años que jamás tendría hijos porque era demasiado arriesgado. Había un 30% de posibilidades de que nacieran deformes a causa de la basura que sus padres y abuelos dejaron.

(wara: "los que nacieron antes del año 2.000 merecen morir...")

Pensó en Viviana, que entraba sin miedo a las zonas prohibidas de La Paz. Ella no tenía miedo de nada. Se sintió orgulloso de su chica.


La clase pareció terminarse rápido (como la mayoría de las clases de Jacobs), y llegó la hora de volver a casa. Le dijo a Pato que se iría caminando. Le dijo que tenía que hablar con Gutenmorgen acerca de la tarea y que iba a demorar, así que lo mejor era que se llevara a sus tres compañeros de "bus 8" a La Rinconada y que no se preocupara por él. Pero eso era mentira. La verdad es que necesitaba estar sólo. Pensar.

-¿Estás bien, Alex?

-Sí, Pato. Ya te dije que sólo tengo que hablar con mi profe.

-Oye, hermano, ¿no te has peleado con la Viviana?

-No, Pato. Andate. Te veo mañana.

En cuanto el "bus 8" se perdió de vista, Alex empezó a caminar hacia la avenida Ballivián. A su izquierda, había formaciones espectaculares de barro y piedra, que parecían torres y cúpulas, formando una pared impresionante. A su derecha, estaba Achumani, uno de los barrios más lujosos de Sudamérica (con edificios de vidrio y con centros comerciales brillantes y carísimos, con autos de lujo, con moda, con gusto sofisticado y deslumbrante). La Paz era una de las ciudades más espectaculares del mundo.

Alex miró a su alrededor para asegurarse de estar sólo. Abrió el bolsillo de su casaca térmica y sacó la carta de CONDOR. La desdobló y volvió a doblarla. Tenía que estar completamente seguro de que nadie lo veía. Se metió entre unas piedras que se encontraban junto a las torres de barro, se sentó en el pasto seco del suelo y leyó la carta.

LINCE:

TE HE MANDADO A DONDE WARA, PARA QUE COMPRENDAS QUE LO QUE HACEMOS ES SERIO Y PELIGROSO. PUEDES MORIR O SER CAPTURADO. NUESTRO GRUPO, LA AV, NO MATA A LA GENERACION DEL SIGLO XX COMO EL GRUPO DE WARA. NO ESTAMOS DE ACUERDO CON ESO. NOSOTROS HACEMOS INCURSIONES DE RESCATE Y DE SABOTAJE.

TAMBIEN CONOCES NUESTRA CAUSA Y SABES QUE ES BUENA. LA UNICA FORMA DE PELEAR QUE NOS QUEDA ES LA QUE YA HAS VISTO.

SI DECIDES NO AYUDARNOS, PUEDES SEGUIR TU VIDA COMO SIEMPRE Y NADA TE SUCEDERA.

SI QUIERES SEGUIRNOS, TENDRAS QUE PREPARARTE. TE LLEVAREMOS A NUESTRO CAMPAMENTO 22, DONDE TE ENTRENAREMOS. SERA DIFICIL. SUFRIRAS MUCHO Y NUNCA VOLVERAS A SER COMO ERES AHORA. TENDRAS QUE SEGUIR CON NOSOTROS HASTA EL FINAL.

TE TRANSFORMAREMOS EN UN PROTECTOR, PARTE DE UNA ELITE MUNDIAL DE GUERREROS QUE LUCHAN POR EL FUTURO DEL PLANETA.

LLEGAR A SER UNO DE ELLOS TOMA MUCHO ESFUERZO Y SACRIFICIO.

LUCHARAS PARA QUE OTROS TENGAN UN FUTURO MEJOR.

SI DECIDES UNIRTE A NOSOTROS, USA LAS CARTAS QUE ESTAN EN ESTE SOBRE Y VEN ESTA NOCHE A LA CALLE PERU.

EN LA ENTRADA DE LA ANTIGUA TERMINAL DE BUSES HAY UN CONTENEDOR METALICO AZUL. LA PUERTA PEQUEãA EN LA PARTE DE ATRAS ESTARA ABIERTA. ENTRA Y ESPERA.

LLEVA COMIDA PARA UN DIA.

SI ESTAS AHI ESTA NOCHE A LAS NUEVE EN PUNTO YA NO HABRA VUELTA ATRAS PARA TI.

SI NO ESTAS AHI, NO OIRAS HABLAR DE CONDOR NI DE LOS PROTECTORES NUNCA MAS, Y PODRAS SEGUIR CON TU VIDA.

PIENSALO, LINCE.


"Caja azul, terminal de buses, nueve de la noche... sin regreso", pensó Alex mientras metía las hojas cuidadosamente dobladas al bolsillo de su canguro y cerraba la cremallera.


ALLA LO TENIAMOS TODO. ERAMOS LOS DUEñOS DEL BARRIO. ALGUN DIA SERIAMOS DUEñOS DEL PAIS. LA ELITE. PERO DEJAMOS NUESTRAS CASAS, NUESTROS AMIGOS, NUESTROS PROYECTOS... TODO POR LA CAUSA. LA AV. TENIAMOS QUE HACER ALGO. ES NUESTRO FUTURO. NO TENIAMOS ALTERNATIVA. ¿NO ENTIENDE? NO TENIAMOS ALTERNATIVA...

UN PROTECTOR CAPTURADO

Adiós, Guerrero del Mundo

Alex llega a su casa.

Prende el HD pero sólo encuentra programas para niños, así que baja al sótano y se mete a la piscina. Pero como está solo, se aburre en cuatro minutos, y decide irse a jugar con la computadora. Se aburre de la computadora en siete minutos.

Toma su teléfono y llama a Viviana, pero ha salido con su tía. Llama a Claudia pero ella se ha ido de compras al centro con sus amigas. Llama a Vinchuca, pero él está castigado por su mala nota en Literatura. Llama a Tabo, pero él ha salido y nadie sabe a dónde.

("qué desastre, qué desastre...")

Pero Alex conoce bien a Tabo, y tiene una buena idea de dónde encontrar a su amigo. Se pone un buzo de color celeste, unos zapatos deportivos con colchón de aire, y coloca una grabadora digital holográfica en el bolsillo. Mete los mini auriculares en sus oídos y pone una cinta digital de GENERATOR. ("GENERATOR vale la pena. Es la música que produce más deleite, clímax sexual en la menteÉ" -dice Vinchuca cerrando los ojos cuando oye esa música- )

Alex baja al garaje, y saca los TurboSkates. Se asegura de que sus baterías de litio estén bien cargadas, y pone un poco de lubricante a sus ruedas. Luego se los coloca en los pies y sale a la calle.

Con un movimiento del dedo pulgar, enciende el motor. Se ha olvidado de traer su casco, pero no importa.

Alex baja a la calzada con los TurboSkates puestos, y luego calienta por treinta segundos los micromotores que se encuentran sobre sus empeines (los TurboSkates son patines motorizados de alta velocidad). Se oye un zumbido de los motores turbo.

Alex se pone en posición inclinándose hacia adelante y colocando los pies paralelos, uno ligeramente más adelante que el otro. Luego espera a que pasen dos vehículos.

Dos potentes luces rojas se prenden en los talones de ambos TurboSkates, y empiezan a parpadear para alertar a los conductores de autos de que hay alguien en TurboSkates en la calle.

Su padre siempre le dice a Alex que maneje sus TurboSkates con cuidado. Para Alex, eso es absurdo. Si uno estuviera en una "cruzada por la prudencia" se iría en bus o en monoriel y punto. Los TurboSkates son justamente para... no ser tan prudente que se diga.

Alex hace otra presión con el dedo del pie Y PARTE... ALCANZANDO 60 KILOMETROS POR HORA EN 2 SEGUNDOS. SIENTE EL AIRE QUE LE CHOCA EN LA CARA, SE COLOCA ENTRE DOS AUTOMOVILES... Y ACELERAAA. EL VIENTO EN LOS OJOS ENTRECERRADOS, EL AIRE QUE APENAS LE DEJA RESPIRAR... LA SENSACION DE VELOCIDAD... GENERATOR A TODO VOLUMEN... ALGO DE MIEDO (PERO ESTA FASCINADO, CONCENTRADO)É ASUSTADO... ¡YAAAJUUUU!!! LA VELOCIDAD LE FASCINA, SU ADRENALINA REBALSA E INUNDA TODO SU CUERPO LLENANDOLO DE SENSACIONES DE VERTIGO, VELOCIDAD Y PELIGRO. PIENSA EN VIVI, ALCANZA 90 KILOMETROS POR HORA, Y SE SIENTE VIVO, VIBRANTE, PLENO, ASUSTADO... BIEN... ¡YAJUUUU!!!


Alex ya está en el barrio de San Miguel (¡¡¡Vivan los TurboSkates!!!). Ve a Tabo en una heladería, y frena en seco para ir a hacerle compañía. Califican a todas las chicas del octavo y del noveno de su colegio por lista y al estilo germánico ("uno" para las más bonitas y "seis" para las más feas -pero ninguna saca ni "uno" ni "seis"-). Calculan el promedio de los dos cursos y obtienen 2.5 .

Después hablan de fútbol, porque este año, Bolivia tiene un EQUIPAZO (el "OESTE" de Santa Cruz), que jugará la final mundial de clubes campeones.

Alex y Tabo no se pueden poner de acuerdo en la mejor estrategia para el partido. Se hace tarde. Tabo tiene que correr a hacer sus tareas, porque todavía no ha empezado siquiera y no piensa "desvelarse". Tabo se va.


Alex también vuelve a casa pensativo, tratando de armar un rompecabezas que por algún motivo se hace más complicado a medida que pasa el tiempo.

Recuerda las palabras de WARA y Lobo. Su conciencia. Su miedo.

Y Vivi: "Nuestra causa es justa".

Y Lobo: "No tendré hijos, Alex".

Y WARA: "Algo muy grande está por suceder... Te condenaron, y a tus hijos que todavía no han nacido..."

TUS HIJOS QUE TODAVIA NO HAN NACIDO.

Se imagina otras voces pequeñas, dulces, pero aterrorizadas: "Somos tus hijos. No queremos nacer deformes. Queremos que nos muestres las cosas que hay en el mundo, que nos hagas escuchar GENERATOR, que nos enseñes a jugar fútbol, que nos inscribas en el Europeo Germánico. Queremos crecer y respirar... queremos salir un día con una chica sin miedo de que para entonces tengamos un CINCUENTA POR CIENTO de probabilidades de que nuestros hijos sean deformes... por favor, papi, por favor..."

Y de nuevo la voz de WARA: "Merecen morir, todos los nacidos antes del año 2.000".

Y la sentencia de CONDOR: "Si estás ahí a las nueve, no habrá vuelta atrás".

Y "por favor, papi, por favor..."

Alex está solo en la acera y se detiene por un momento. Se tapa la cara con ambas manos sin saber qué hacer. Cierra los ojos por un segundo, y luego los abre y mira hacia el cielo. El sol del crepúsculo lucha por pasar a través del smog. Pero hace calor. Alex sabe que es por el "efecto invernadero".

(...y "por favor, papi, por favor...")

Está decidido. Alex Ríos estará en la caja azul a las nueve de la noche.


Alex mira las luces espectaculares en los edificios de vidrio y aluminio de la avenida Ballivián. Mira las casas de lujo, y el centro de la ciudad que aparece a lo lejos -una fantástica silueta que se corta turbia por el humo contra la luz roja del cielo-.

Ya no quiere pensar en el asunto porque teme desanimarse. "La gente que siempre mide las consecuencias, termina convertida en una patética historia de mediocridad que nace, vive y muere sin pena ni gloria". Eso lo leyó un par de días atrás en un libro de aventuras.

Además (por favor, papi) lo tiene que hacer por sus hijos que todavía no han nacido. A decir verdad, sus hijos no son ni un remoto proyecto todavía, porque Alex está recién en noveno curso (o sea que cumplirá 16 este año). Pero el mundo en el que sus hijos vivirán le importa ya. Y le importa mucho, porque a diferencia de sus padres y sus abuelos (que creían que los recursos del planeta eran eternos), su generación ve el desastre de cerca, y tiene miedo.

Una profunda nostalgia lo invade. Mira la silueta imponente de la zona Sur de La Paz, y dice casi en voz alta mientras parte lentamente en sus TurboSkates:

"Chau. Nos volveremos a ver."


Alex ha empacado y desempacado tres veces su mochila sin saber qué llevar. Después se le ocurre que lo más probable es que no necesite llevar nada ("en todos los ejércitos de las películas te dan el uniforme", piensa), pero baja a la cocina a sacar la comida que debe llevar por instrucciones de Cóndor. Llena el bolsillo de canguro de su casaca térmica con latas de comida y unas cajas de refresco. Después se dirige a la puerta de calle. Ya junto a la puerta, se acuerda de que tiene una carta que Cóndor ha dejado en su casillero, y de que puede necesitar baterías nuevas para su casaca térmica, así que corre a su cuarto.

Saca el sobre plateado de detrás de un enorme poster de Generator, se echa de espaldas en su cama, y lee las otras hojas de la carta que no había visto aún.

La primera es una carta escrita con la letra de su padre para el colegio, diciendo que Alex estará ausente un par de semanas (la cual es obviamente una excelente falsificación). La segunda es una nota oficial del colegio informando a su padre que Alex ha sido elegido para hacer un viaje al campo (para hacer una clasificación taxonómica de algunas especies de arácnidos de la zona subtropical de Yungas). Hay una pequeña nota colada a la carta que Alex había leído primero:

NO OLVIDES QUE NUESTRA COMPUTADORA ESTA CONECTADA A LA DE TU CASA Y A LA DEL COLEGIO. TODA COMUNICACION ENTRE ELLOS ESTARA BAJO NUESTRO CONTROL.

Luego se acuerda de recoger su grabadora holográfica portátil y todas sus cintas de Generator.

Sale a la calle sin avisarle a nadie. Camina hasta la esquina de la avenida Arequipa, y sube por las escaleras eléctricas hasta el puerto del monoriel. El vehículo llega velozmente y frena en seco. Es parecido al antiguo tren bala del Japón, pero es más plano y aerodinámico. Se desliza, casi flota, por una riel aérea que pasa sobre las casas y entre los edificios altos.

Alex mete una tarjeta en el vendedor automático de boletos (ahora poca gente usa monedas), y entra a la sección de pasajeros. Viaja de pie (no hay asientos en el monoriel).

Se para junto a una ventana porque le gusta ver la ciudad desde arriba, especialmente de noche. Suspira con algo de nostalgia mientras el vagón monoriel empieza a moverse, pero no quiere pensar en lo que podría sucederle.

("...ya no habrá vuelta atrás...")

El monoriel toma gran velocidad. Es casi como volar por sobre la ciudad. Los grandes edificios del barrio de SegÙencoma brillan imponentes en la noche. Las calles son ríos de luces de neón.

El monoriel se detiene por tres minutos en su estación de la Avenida Arce (dentro de la Supertorre, un centro comercial). Luego parte en dirección a la avenida Perú.

Ve las dos pantallas de TV del Prado un poco más abajo del paso del monoriel. Apega su nariz al vidrio y lo empaña con su respiración. La ciudad está abajo, inmensa y espectacular.

Pasa por sobre los "otros barrios", en los cuales hay apenas pálidas luces amarillas que les dan un aspecto tétrico, oscuro y peligroso.

"Pasajeros para la Estación Perú, acercarse a la puerta", dice una grabación en el sistema de parlantes del monoriel.

El monoriel entra a una cámara bien iluminada de luces blancas y azules, donde se detiene en seco. Es la "Estación Perú", la estación de parada del monoriel en la que Alex tiene que bajarse. Baja lentamente mientras un nuevo río de gente (ahora es gente pobre) inunda los vagones. La próxima parada del monoriel será la "Ceja de El Alto".

Alex baja por las escaleras eléctricas que lo dejan justo al comienzo de la autopista La Paz-El Alto. Camina nerviosamente por el puente mal iluminado, y mira con desconfianza a la gente que vaga por ahí. Ellos saben (por su peinado, por su ropa, y hasta por la forma en que camina), que Alex no es uno de ellos.

Llega frente a la antigua terminal de buses. Casi desea que la caja azul no esté allá, que todo termine, y que él pueda volver a su casa a meterle a su padre algún cuento, inventarse cualquier pretexto por volver tarde. No le importarían ni el castigo ni las burlas de su hermano ("mi hermanito estaba con su chica, qué romántico...").

El corazón le da un vuelco cuando ve la caja azul en la puerta de la antigua terminal.

Son las nueve menos tres.

Alex se dirige resuelto hacia la caja Azul, que es un contenedor gigante de carga sin ventanas.

Da la vuelta alrededor del contenedor y encuentra la pequeña puerta entreabierta. La caja es metálica. Suspira mientras su corazón late agitado. Sus manos temblorosas abren la pequeña compuerta.

Entra a la caja.

Su reloj marca las nueve, y (CLANG) la compuerta metálica se cierra por fuera.

Alex queda en la oscuridad total, tratando de determinar a tientas si hay algo o alguien más ahí adentro. De pronto, un olor extraño invade la caja, y siente la cabeza "pesada". Se siente débil. Se acerca a la puerta, pero ya está asegurada por fuera. Trata de gritar, pero no puede. Lucha con todas sus fuerzas contra la somnolencia traicionera que lo invade, pero pierde la batalla contra el gas somnífero en un minuto, y cae dormido al fondo del contenedor.


((Comprende entre sueños que fue por rabia. Tiene una pesadilla cuando recuerda el miedo, el dolor y la rabia que sintió cuando el matón de la promo lo abusó un par de semanas atrás. Los de su curso lo obligaron a pelear. A la salida. A la salida nos vemos. El peso pesado lo hizo pedazos a la salida. Lo tiró de un empujón al suelo, lo puso de espaldas y se sentó sobre su pecho casi quitándole la respiración, crucificó a Alex con las rodillas aprisionándole los dos codos contra el pavimento del callejón. Y lo molió a golpes. Le rompió la cara. Lo insultó delante de Vivi. Alex moría de miedo, pero igual se peleó con el matón. Suicidio. Por Vivi. La rabia. Muy macho. Casi mojó sus pantalones por el miedo. No pudo encajar ni un golpe. Lo hicieron pedazos. Alex quedó mal. Y al final recibió indefenso ese rodillazo sádico en los genitales. Se dobló de dolor. La derrota total. Casi lloró. Casi. No podía llorar. Tenía 15 años. No lloró. El dolor. El dolor. No lloró.

Y Tabo entre los que gritaban en su contra.

"Destrozalo a ese creído, Pancho". " Sacale la mierda al Ríos". "Rompelo a ese imbécil".

Y Alex que miraba al grupo de curiosos sin rabia, los divisaba a penas entre la metralla de golpes que se estrellaban contra su cara y les preguntaba con la mirada, confundido y sin poder comprender:

"¿Por qué me odian tanto? Yo no les he hecho nada malo."

Y su hermano (pobre imbécil) que bromeaba esa noche al verlo, "¿qué camión te ha atropellado, hermanito?" y Alex que no le encontraba gracia a la pregunta respondía, "esta pelea ha sido un desastre para mí, hermano", casi llorando. Y cuando caminó cojeando mintió que era una pierna lastimada cuando en realidad eran sus genitales que le dolían (por el rodillazo) al caminar. Lastimero. Miserable. Sólo Vivi estuvo ahí por él. "Te odian porque te tienen envidia". Y él la amó más que nunca en la derrota y el dolor. Vivi. Vivi. Que viva tu causa. Que viva tu gran ofensiva. Por el mundo. Salvaremos al mundo. Vivi, te amo, cambita. Te amo, te amo, te amo. Y si la AV es tu causa, también será mi causa. Vivi.))

Entre tanto, en otro lugar, Vivi acababa de leer un CD I/M acerca de explosivos de mercurio, y cargaba el plano de una planta de gas azul en la base analítica de su computadora. Planta de gas azul. Tenía que haber alguna forma de infiltrarse ahí y dejar las bombas de mercurio. Tenía que haber alguna forma. Tenía que haber algo que se le estaba escapando. Ningún sistema de seguridad es perfecto. Siempre hay una forma de entrar. Siempre.

Marco, en su cuarto, había dormido por un par de minutos. Había soñado que Alex estaba junto a él. Alex. Y era su compañero. Alex. Su compañero... Y Marco había tenido sensaciones tan intensas... Alex... El chico perfecto... Su cuerpo, sus ojos, su cara, su cabello, su piel, perfecto... Alex... Y al despertar comprendió. Sueño mojado, sábanas mojadas, Marco... Alex...

Ahora estaba seguro. Era... uno de esos. Se puso boca abajo en su cama. La música sonaba. La luz prendida. ¿Por qué? Se preguntaba. "¿Por qué yo? ¿Qué he hecho para que me ocurra esto a mí? Yo no quiero por nada del mundo ser un kewa. ¿Por qué yo?"

Hundió la cara en la almohada y dijo casi en voz alta "¿por qué yo?". Golpeó la pared con los puños lastimándose los nudillos. "¿Por qué yo?" mordió la almohada con una rabia incontenible y lloró amargamente.

Daniel está allá, en un rincón de la caja. Abraza sus rodillas mientras se prepara para el gas somnífero. Ha oido entrar a Alex y no ha querido hablarle. Ha escuchado que Lince ha caído gimiendo al suelo frío sin poder luchar contra la droga traicionera que siempre usa la AV para conducir a los reclutas a los centros de adiestramiento. Daniel se acomoda en el suelo porque sabe que en unos segundos estará durmiendo, quiéralo o no. Esta es la segunda vez que lo llevan a un campamento militar de alta tecnología. Cuando abra los ojos de nuevo, estará frente a Gaviota. Habrá dolor físico. Habrá armamento de última generación. Habrá disciplina militar. Las endorfinas. La guerra. Quizás muerte. Daniel apoya la cabeza en el suelo pensando que Alex no sobrevivirá su entrenamiento. Es demasiado frágil.

En cambio Daniel ha matado mercenarios y ha visto morir compañeros. Ya no es un ser humano. Ahora es una fiera salvaje.


El sueño de Daniel fue claro y vívido. Le trajo recuerdos de escenas y sensaciones infantiles de su propio pasado. Pero ya hacían muchos años de aquello. La mitad de su vida. Increíble.

Era un recuerdo que le hacía mal, pero que no quería dejar escapar.


((Fue cuando él tenía siete años, y no podía comprender lo que estaba sucediendo. Sólo podía presentir algo trágico y definitivo. No podía entender. Tal vez entender lo habría hecho más fácil. Tal vez no.

Era un domingo por la noche. Estaba frío y oscuro. Sus padres le llamaron desde abajo.

-Ven, Daniel. Queremos hablar contigo.

-¡No ahora! Estoy viendo tele... -había respondido él desde su habitación.

-Es muy importante, Daniel. -La voz de su madre había sonado rara. Le dio un escalofrío y miedo instintivo. Daniel bajó las gradas dejando prendido el televisor de su cuarto. A sus siete años jamás se perdía aquel programa japonés acerca de un superhéroe que se enfrenta a una banda de maleantes interplanetarios, en medio de tanta violencia y tanta fantasía, que los padres prohibían a sus hijos que lo vieran. Por el contrario, esa prohibición convirtió al héroe en el número uno entre los chicos pequeños de la ciudad.

Sus padres estaban abajo, en la sala, sentados uno frente al otro, tensos y graves. Daniel nunca antes los había visto así. Era la primera vez en su vida que sentía muerte. Eso que Daniel sentiría muchas veces ocho años después, en las misiones de los PROTECTORES.

La luz pastel amarilla, el cuadro de una artista amiga de la familia (que según todo el mundo era un amanecer campesino y según Daniel era una manzana mordida), la chimenea, la alfombra gris, la mesa cuadrada, los adornos de porcelana, las lamparas ovaladas, las paredes limpias empapeladas de flores de una especie azul que no existía, el silbido del viento en las grietas de la ventana. Muerte.

-Estoy enferma, Daniel. -Ella habló haciendo lo posible por sonar tranquila y optimista. Pero no podía engañarlo. Estaba desolada, confundida, furiosa y aterrada. El la miró con los ojos muy abiertos presintiendo su muerte. Como una pesadilla. A veces las pesadillas de Daniel parecían tan reales que él no podía saber cuándo estaba despierto, y cuándo estaba soñando. Pero esta vez estaba bien despierto. Y lo que dijo el chico dejó a sus padres totalmente fuera de guardia:

-¿Te vas a morir?

Su padre se tomó la cabeza y miró para otro lado. Daniel, por primera vez en su vida, lo vio destrozado. Una máscara que no convencía a nadie trataba de mostrar serenidad, pero en realidad revelaba un vacío oscuro que le carcomía por dentro.

Ella miró a su hijo a los ojos y le dijo honestamente:

-Sí, Daniel.

Daniel sintió el frío que recorría el interior de su pecho de arriba para abajo y preguntó inocentemente:

-¿Por qué?

No podía recordar la explicación que le dieron. No la entendió bien entonces. Sólo la asimiló realmente algunos años después. Algo que había infectado a su madre antes de que naciera se había manifestado cuando ella tenía 29 años, como una bomba de tiempo. Esos dolores de estómago, esos desmayos, esos períodos de agotamientoÉ todo era parte de lo mismo. Un cáncer fulminante la había destrozado en cuestión de meses. Y estaba destrozando a muchas mujeres de su edad y cuyas madres habían vivido en valles subtropicales de varios países de Latinoamérica el año 1.989. Tal vez fue un insecticida, tal vez fue un fertilizante, tal vez fue un herbicida, tal vez fue uno de esos alimentos contaminados que las autoridades permitían introducir irregularmente al país, tal vez fue uno de esos desechos tóxicos que los gobiernos latinoamericanos secretamente aceptaban en su territorio a cambio de dinero, o un agente químico de alguna de esas fábricas que nadie controlaba. Quién sabe -en las oscuras épocas de fines del siglo XX, alguien que tuviera que vivir en Latinoamérica realmente estaba expuesto a todo-.

Lo que se le quedó más grabado en la mente, fue algo que su madre le dijo el día que la llevaron al hospital por última vez.

"Todos están luchando por sobrevivir, hijo. Piénsalo. No creas lo que te dicen desde otros países lejanos. Ninguno de ellos quiere tu bien. Sólo les interesa sobrevivir. Y escúchame bien: Tú también tienes derecho a pelear y a vivir. No te dejes dominar. No te dejes desmoralizar. No confíes en ellos. Sobrevive".

Daniel movió la cabeza como si entendiera, pero en realidad sólo comprendería muchos años después.

Dejó de creer, confiar y soñar. Se transformó por dentro en algo más básico y menos artificial. Se transformó en una fiera: Tigre.

Cuando entró en contacto con la AV, ellos no lo transformaron. Ellos sólo perfeccionaron lo que él ya era:

Una fiera que sobreviviría a toda costa. Un cachorro que no dejaría que lo cazaran como a su madre.


Su padre lo sabía. El mismo llevó a Daniel en la camioneta amarilla a la antigua terminal de buses. Su hijo había decidido ser un soldado en la guerra por el futuro, y había destrozado uno a uno todos los argumentos del padre para convencerlo de que dejara esa lucha en manos de otros.

Le dio un abrazo antes de que entrara a la caja azul y se lo llevaran a Gaviota. Cuando su hijo se alejó de él sonriendo, Pepe sintió lo mismo que había sentido ocho años atrás, cuando la ambulancia se estaba llevando a "ella" por última vez al hospital; y supo (no habría podido explicar por qué estaba tan seguro) que esta sería la última vez que veía a Daniel.))



SEGUNDA PARTE

El Guerrero


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